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Intervención aliada en Libia

Los rebeldes batallan por la carretera de acceso a Sirte, cuna del dictador

Instensos combates a las puertas del estratégico enclave, que podría allanar el camino de los opositores hacia Trípoli.- Londres y París encargan al Consejo Nacional de Transición que prepare el cambio político mientras anuncian que han atacado un "importante" centro de mando del dictador y que han destruido algunos de sus arsenales

La contraofensiva lanzada por las fuerzas rebeldes libias con el respaldo de los bombardeos de la coalición internacional se ha acercado al feudo natal de Muamar el Gadafi, Sirte, donde se han acantonado las unidades leales al régimen en el frente oriental. La estratégica ciudad, cuya conquista allanaría el camino hacia Trípoli, es uno de los objetivos prioritarios de los opositores porque les permitiría dar apoyo a los sublevados que, desde que estallaron las revueltas a mediados de febrero, resisten en Misrata, a medio camino entre Sirte y la capital. En Bengasi el júbilo se ha instalado desde hace un tiempo, aunque el avance no está siendo tan fácil como en el fin de semana. En el campo de la presión diplomática, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el primer ministro británico, David Cameron, han encargado al Consejo Nacional de Transición de la capital rebelde que vaya preparando el cambio político para "instaurar un diálogo político nacional que desemboque en un proceso de transición representativo, en una reforma constitucional y en la organización de elecciones libres".

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El comunicado de Londres y París coincide con un momento delicado en el campo de batalla. Los rebeldes han llevado la batalla muy cerca de las puertas de Sirte, la cuna del dictador, cuyas tropas han retrocedido cientos de kilómetros en las últimas horas. La cercanía a Sirte es tanta que el Consejo Nacional libio ha anunciado esta mañana en Bengasi que las milicias rebeldes habían entrado en la ciudad sin encontrar resistencia. Sin embargo, un grupo de periodistas extranjeros invitados por el régimen ha constatado sobre el terreno que el control seguía en manos del Gobierno. En su llegada desde el este acompañando el avance rebelde, un grupo de periodistas franceses han señalado que los anti-Gadafi han sido en realidad objeto de una emboscada, informa France Presse. Así, los combates se han instalado en toda la carretera que une Ben Yauad (entregada ayer sin apenas resitencia) y Sirte.

El almirante de EE UU Bill Gortney informó hacia las diez de la noche (hora española) de que la coalición había lanzado seis misiles Tomahawk en las últimas 24 horas y sacado sus aviones en 178 ocasiones, la mayoría para golpear a fuerzas militares de Gadafi especialmente activas en sus ataques a los opositores.

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Testigos han declarado a France Presse, en coincidencia con lo que declara la agencia oficial Libia Jana, que uno de los objetivos de la coalición internacional este lunes han sido las posiciones gadafistas en las regiones de Mezda (centro del país) y Gharian (oeste, a un centenar de kilómetros de Trípoli). Estos dos puntos representan, según los rebeldes, la retaguardia de las fuerzas de Gadafi cuando se despliegan para atacar posiciones claves de la insurgencia contra las ciudades de Zenten y Yefren.

Al Arabiya y Al Yazira también aseguran que la coalición ha bombardeado en la noche del lunes las montañas que se sitúan al oeste de Trípoli. Cerca de las once de la noche se registraron al menos nueve violentas explosiones en Tajura, un suburbio tripolitano a 30 kilómetros del centro en el que el régimen conserva instalaciones militares.

El presidente del Consejo Nacional Transitorio libio (CNT), Mustafa Abdeljalil, defendió esta misma noche en la televisión francesa France2 la "urgente necesidad de armas ligeras" en la que se encuentran los rebeldes en su lucha contra Muamar Gadafi, quien aseguró que "será juzgado por sus crímenes" si pierde el poder.

El titular del CNT, máximo órgano de dirección de los rebeldes libios, agradeció a la coalición internacional la ayuda que está brindando a la insurgencia con sus ataques a posiciones de Gadafi. La televisión francesa rntrevistó a Abdeljalil en Libia, en un lugar mantenido secreto hasta el último momento, y rodeado de medidas de seguridad.

Mientras, el Pentágono ha comenzado a retirar algunos de sus navíos de la campaña en Libia, han asegurado oficiales de EE UU. El vicealmirante Bill Gortney anunció a los reporteros que el submarino USS Providence se retira de sus tareas en el Mediterráneo.

Alto el fuego en Misrata

La situación tampoco está clara en Misrata, donde se ha producido una nueva declaración de alto el fuego por parte del régimen. "El Ministerio de Exteriores (...) anuncia que las unidades antiterroristas han detenido el fuego contra los grupos terroristas armados", ha señalado la agencia oficial libia. La nota no aclara la situación de esa ciudad -aunque la describe como "tranquila y segura"- cuyo control se había atribuido previamente. Los rebeldes, sin embargo, desmentían esa situación diciendo que Gadafi solo controlaba la parte oeste. A la vez, el régimen se contradecía: tras enviar a una comitiva de corresponsales internacionales a comprobar que Misrata había sido tomada por sus tropas, ha alertado de que la visita entrañaba riesgo porque seguía habiendo combate en la zona y, horas después, ha tenido que dar marcha atrás y sacarlos de la zona porque había intercambio de disparos.

Mientras, en Trípoli, bastión de los Gadafi, la situación es de calma, aunque las calles registran menos tráfico del habitual y hay mayor presencia policial. Anoche se escucharon de nuevo explosiones en las proximidades de la capital seguidas de ráfagas de baterías antiaéreas. Es una prueba más de que sigue la operación militar de los aliados, que hoy ha asestado dos golpes a Gadafi. Francia ha anunciado que un "importante" centro de mando de las tropas del dictador, a unos 10 kilómetros de la capital, fue bombardeado ayer por sus cazas. Horas antes, el Ministerio de Defensa de Reino Unido ha informado de que a primera hora de hoy su aviación ha destruido varios arsenales del régimen en Sabha, una región del desértico sur. "Los misiles han impactado contra los búnkeres de munición utilizados para suministrar a las tropas del Gobierno libio en sus ataques contra civiles en el norte del país", señala el comunicado ministerial.

Las palabras de Sarkozy y Cameron son un avance del incremento de la presión diplomática que el régimen experimentará en las próximas horas. Con la dirección militar ya en manos de la OTAN, la "dirección política" que proponía el presidente francés se concretará mañana en la capital de Reino Unido. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y ministros de Exteriores de más de 30 países han confirmado su presencia en la reunión, donde también habrá un representante de la Unión Africana. El encuentro servirá para discutir sobre el alto el fuego que la ONU exige a Trípoli y también sobre las sanciones que ya están en marcha. También estará presente Catar, que ayer anunció que ayudaría a los rebeldes libios a comercializar el petróleo de las refinerías que han reconquistado y hoy se ha convertido en el primer país árabe en reconocerlos como únicos representantes legítimos del pueblo libio.

"Mañana la comunidad internacional se reunirá para acompañar a Libia hacia un nuevo futuro (...) en el que el pueblo libio será liberado del yugo de la violencia y la opresión y será libre de decidir su propio porvenir", señala el comunicado del presidente francés y el premier británico. Por ello, tanto El Elíseo como el 10 de Downing Street destacan que incluso la Liga Árabe considera que el régimen libio ha perdido su legitimidad. "Gadafi debe, por tanto, partir inmediatamente. Llamamos a todos sus partisanos a abandonarle antes de que sea demasiado tarde", añaden.

El avance de los rebeldes

Decenas de vehículos todoterreno con milicianos armados con fusiles y metralletas partían esta mañana de Ras Lanuf para reforzar el frente y despejar la ruta hacia Sirte. Pero no han encontrado el camino despejado. Tropas de Gadafi e insurgentes han librado por la mañana duros combates en las proximidades de Bin Yauad, a 140 kilómetros de Sirte y uno de los enclaves conquistados por los insurrectos este fin de semana junto a Brega y Ras Lanuf, según France Presse. "Hemos escuchado desde Bengasi que los rebeldes están en Sirte, pero eso no es del todo seguro porque los soldados de Gadafi están disparando cohetes", explicaba un combatiente desde Ras Lanuf. Superado el escollo, los rebeldes han seguido hacia Sirte.

En su lento avance, han tomado en las últimas horas la ciudad de Nawfaliyah, al oeste de Bin Yauad y a 120 kilómetros del lugar de nacimiento del dictador. Un corresponsal de Reuters, ubicado a pocos kilómetros de Bin Yauad, relataba entonces fuertes bombardeos en la carretera costera que dirige a Sirte. El Ejército de Gadafi se ha replegado entonces a 30 kilómetros de la cuna del dictador, formando un cinturón de seguridad alrededor de la ciudad, ha informado la cadena panárabe Al Yazira.

Incluso horas antes de conocerse esta noticia, la euforia se había instalado ya en Bengasi. La cuna del hombre que ha regido los destinos de Libia durante cuatro décadas y bastión de su tribu estaba más cerca que nunca de caer. Sirte es el último obstáculo antes de alcanzar la castigada Misrata, donde los combates entre fuerzas antigubernamentales y leales a Gadafi se suceden desde el inicio de la revuelta. Al menos nueve personas han muerto la pasada madrugada por los disparos de francotiradores y de la artillería del régimen, según fuentes médicas citadas por Al Yazira.

¿Optará Gadafi por atrincherarse en las ciudades que controla? Es probable. ¿Escapará del país? Puede ser, aunque haya jurado morir en su tierra. ¿Cómo reaccionará Sirte? Difícil aventurar la respuesta. ¿Está colapsando el régimen? En Bengasi nadie lo duda.

Un combatiente rebelde hace el signo dela victoria en Ajdabiya
Un combatiente rebelde hace el signo dela victoria en AjdabiyaREUTERS
Miembros de las fuerzas rebeldes se detienen a rezar en la carretera que conduce hacia Sirte, en un punto a unos 120 kilómetros de la cuna de Muamar el Gadafi.
Miembros de las fuerzas rebeldes se detienen a rezar en la carretera que conduce hacia Sirte, en un punto a unos 120 kilómetros de la cuna de Muamar el Gadafi.AP
Un rebelde echa una calada a un cigarrillo en un puesto de control de Brega, el pasado 3 de marzo. Los insurrectos, muchos de ellos con escasa o nula formación militar, tomaron los arsenales del este, tras la huida de las fuerzas leales de Gadafi. Esta serie de fotografía, recopiladas el último mes, recoge retratos de muchos de ellos, con armas en muchos casos obsoletas, poca organización y mucha voluntad.
Un rebelde echa una calada a un cigarrillo en un puesto de control de Brega, el pasado 3 de marzo. Los insurrectos, muchos de ellos con escasa o nula formación militar, tomaron los arsenales del este, tras la huida de las fuerzas leales de Gadafi. Esta serie de fotografía, recopiladas el último mes, recoge retratos de muchos de ellos, con armas en muchos casos obsoletas, poca organización y mucha voluntad.GORAN TOMASEVIC (REUTERS)

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