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Las fuerzas del presidente electo de Costa de Marfil entran en Abiyán

Intensos combates en torno a la residencia de Gbagbo, que retiene el poder

Las fuerzas leales al presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, llegaron ayer a Abiyán, principal ciudad del país, culminando una ofensiva que ha arrinconado a su rival Laurent Gbagbo, que se aferra al poder tras haber perdido las elecciones de noviembre. Los soldados de Ouattara tomaron esta madrugada el control de la televisión estatal, que dejó de emitir, y el Gobierno legítimo ordenó el cierre hasta nuevo aviso de las fronteras terrestres, aéreas y marítimas.

A lo largo del día, los miembros de la guardia presidencial, leales a Gbagbo y fuertemente armados, se habían desplegado en los alrededores del palacio presidencial, en torno al cual se registraban esta madrugada intensos combates. Un portavoz del Gobierno legítimo aseguró que Gbagbo seguía dentro de la residencia, pero sin dar señales de rendirse. "Esto parece el asalto final", dijo un habitante del barrio a la agencia France Presse. "Hemos visto por la ventana a muchísimos combatientes dirigirse al lugar [donde suenan] los tiros", explicó otro.

Unos 5.000 presos logran escapar de la principal cárcel del país
Los soldados de Ouattara toman el control de la televisión estatal
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¿Final de partida?

Los combates se desencadenaron después de que expirara el ultimátum dado ayer por Ouattara a Gbagbo, para que tanto él como sus seguidores se entregaran con el fin de evitar "un baño de sangre" en Abiyán. "Costa de Marfil es una e indivisible. Gbagbo tiene unas horas para partir, si no, habrá una marcha sobre Abiyán y será más complicado para él", afirmó el primer ministro del Gobierno de Ouattara, Guillaume Soro, en la cadena France 24.

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Ante la ofensiva de las fuerzas de Ouattara, han empezado las deserciones del régimen. "La policía y los gendarmes abandonaron al presidente Gbagbo", según declaró ayer a la emisora France Info el responsable de la misión de la ONU en el país. A Gbagbo solo le apoyan ya "las fuerzas especiales", añadió el diplomático. Además, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Costa de Marfil, Philippe Mangou, está refugiado desde el miércoles en la residencia oficial del embajador sudafricano en Abiyán, según indicó ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país. "El general está acompañado de su mujer y sus cinco hijos", añadieron las fuentes diplomáticas. El Gobierno sudafricano "ha establecido consultas con las partes competentes" de Costa de Marfil y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), así como con la Unión Africana (UA) y la ONU.

Ante la escalada de violencia, los cascos azules tomaron el aeropuerto de Abiyán y tropas francesas se desplegaron en la ciudad. Una unidad de militares galos intervino en el barrio de Deux Plateaux para salvar a varios compatriotas atacados por los simpatizantes de Gbagbo. Los soldados de la misión francesa Unicornio, con unos 1.000 efectivos, se desplegaron al sur de la ciudad.

Mientras, unos 5.000 presos de la mayor cárcel del país, en Abiyán, escaparon tras un tiroteo entre partidarios de Ouattara y los funcionarios del centro. En los últimos días los leales al presidente electo han conseguido hacerse con el control de la capital, Yamusukro, y de San Pedro, el principal puerto del país, fundamental para el comercio de cacao, del que Costa de Marfil es el principal productor del mundo. En solo tres semanas, el precio de este producto ha bajado un 21%.

Ante la grave crisis en la antigua colonia, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció que reunirá hoy al primer ministro y a los responsables de Exteriores y Defensa para tratar la situación. Un portavoz del Ministerio francés de Exteriores pidió ayer a Gbagbo que "deje de hacer correr la sangre de sus compatriotas" y que "respete la voluntad del pueblo marfileño".

Un miliciano pro-Gbagbo se atrinchera en una calle de Abiyán.
Un miliciano pro-Gbagbo se atrinchera en una calle de Abiyán.JEAN-PHILIPPE KSIAZEK (AFP)

LAURENT GBAGBO. De demócrata a dictador

Doctorado en historia por la Universidad de la Sorbona de París, profesor y preso en varias ocasiones por su oposición al régimen conservador y paternalista de Félix Houphouët-Boigny durante dos décadas, Laurent Gbagbo, de 65 años, fulminó su trayectoria de activista demócrata poco después de llegar al poder en 2000.

Con el partido que fundó en 1982, socialista y democrático, el Frente Popular Marfileño (FPI), ganó las elecciones de 2000, aunque el general Robert Guéi (que había tomado el poder en 1999 con un golpe de Estado) se proclamó también vencedor y hubo enfrentamientos sangrientos entre los defensores de ambos. Gbagbo logró resistir un intento de golpe de Estado en 2002 y se mantuvo en el poder después de 2005, cuando por ley había acabado su mandato. Retrasó hasta seis veces la convocatoria de elecciones, hasta noviembre de 2010. No reconoce la victoria de su rival Alassane Ouattara, a quien la ONU considera el presidente legítimo.

El conflicto desatado por su resistencia en el cargo ha causado medio millar de muertos y miles de desplazados. La ONU ha congelado sus cuentas en el exterior. Los soldados que le son leales son acusados de asesinar a civiles.

ALASSANE OUATTARA. Eterno aspirante al poder

Alassane Ouattara, de 69 años, es doctor en Economía por la Universidad de Pensilvania y fue alto funcionario del Fondo Monetario Internacional. Es el presidente, electo en 2010, que reconoce la comunidad internacional, pero tiene que vivir en un hotel protegido por soldados de la ONU en Abiyán.

Musulmán y educado en EE UU, fue primer ministro entre 1990 y 1993 bajo el régimen de Félix Houphouët-Boigny. El presidente lo reclutó para sanear la economía por su perfil de tecnócrata. Pero cuando murió su mentor, empezó a mostrar ambiciones políticas. Tanto Gbagbo como Henri Konan Bédié, que le sucedieron en el poder, torpedearon sus aspiraciones electorales. Lo acusaron de no ser un auténtico costamarfileño por su ascendencia de Burkina Faso. Espolearon cierto recelo hacia los inmigrantes que llegaban de países más pobres, como Burkina Faso o Malí, atraídos por la prosperidad de la industria del cacao.Bédié cambió la Constitución para que solo pudieran ser candidatos los hijos de padres nativos del país. Ouattara no pudo presentarse en 1995 ni en 2000. En 2002, partidarios de Gbagbo tirotearon su casa y se refugió en la Embajada alemana.

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