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Columna
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No hay motivo

Lluís Bassets

No hay motivo alguno para la satisfacción. No lo hay si se observa la evolución de los derechos de las personas en el conjunto del planeta. Pero tampoco si nos quedamos en la rica y civilizada Unión Europea, ni si entramos en detalle en lo que sucede en España. Hay cinco agujeros negros, todos ellos fuera de Europa, donde la situación es de máxima emergencia: Myanmar, Irak, Gaza, Zimbabue y Darfur. Las tres mayores potencias, China, Rusia y EE UU, reciben un severo varapalo por su maltrato a los derechos y libertades, y esta última con un énfasis especial pues se le atribuye la fijación de los estándares del comportamiento aceptable por parte de los otros Estados. La responsabilidad del más poderoso y exigente de todos es la que se desprende de su ejemplaridad, que en la etapa actual es cercana al cero absoluto.

Hay unos nuevos territorios del 'no derecho', limbos sin control judicial ni 'hábeas corpus'

No se queda al margen, ni mucho menos, la UE, que luce dos horribles lamparones: uno, ya bien conocido y nada dilucidado, sobre su colaboración con los llamados vuelos secretos de la CIA, es decir, el traslado ilegal de presos sin mandato ni control judicial entre cárceles clandestinas, para su interrogatorio y presumiblemente tortura; el otro, ahora mismo en plena efervescencia, sobre la represión que sufren los inmigrantes indocumentados que atraviesan las fronteras europeas.

Estamos hablando, claro está, del informe anual de Amnistía Internacional (AI), fechado en 2008 pero con cifras de 2007, un texto que ofrece numerosas pistas, no todas bien ni suficientemente balizadas pero valiosa cada una de ellas, sobre el estado de los derechos humanos en el mundo. Es ocioso el comentario sobre las violaciones más flagrantes y conocidas, pero tiene en cambio el mayor interés situar la lupa sobre las denuncias más próximas y comprometidas con nuestra realidad.

Primera cuestión a subrayar es que los dos lamparones europeos lo son también del Gobierno socialista español, al que no le bastan para disimularlos los laureles obtenidos con la retirada de las fuerzas españolas de Irak en 2004 o el invento de la Alianza de Civilizaciones, del que ya no se ha oído hablar nunca más desde que empezó la segunda legislatura. AI señala que "al menos 50 vuelos militares o fletados por la CIA estadounidense con origen o destino en Guantánamo sobrevolaron el espacio aéreo español o hicieron escala en territorio español entre 2002 y 2007", al tiempo que han aparecido datos sobre la continuación de estos vuelos en fechas más próximas, junio y septiembre del pasado año, según ha revelado el Gobierno portugués ante su Parlamento.

Da toda la impresión de que casi todos los socios europeos, incluyendo a los que no quisieron secundar a George W. Bush en su guerra de Irak, o han echado una mano a Washington en su Guerra Global contra el Terror, incluyendo algunas de sus facetas más tenebrosas, o han preferido mirar hacia otro lado cada vez que alguien ha pedido explicaciones. Aunque el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo han realizado sendas investigaciones y algunos casos han llegado a los tribunales, lo menos que puede decirse es que todos los ejecutivos, incluyendo la Comisión Europea, han tratado la cuestión con la negligencia que corresponde a un máximo interés en seguir manteniéndola oculta.

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No es más lisonjera la parte del informe dedicado al trato proporcionado a los inmigrantes. El contraste que ofrece España con la escalada represiva que se observa en toda Europa no aligera las observaciones de AI: "Se impidió el acceso a territorio español a personas migrantes y solicitantes de asilo, mediante procesos llevados a cabo en centros extraterritoriales en condiciones que no se ajustaban a las normas internacionales", se puede leer entre muchas otras cosas. Más sólido que el informe de AI es el que ha realizado el Parlamento Europeo sobre los centros de detención de inmigrantes indocumentados, del que dio cuenta Andreu Missé desde Bruselas hace diez días, por el que hemos sabido que hay 20.000 personas recluidas en su mayoría en régimen carcelario y sin control judicial en 174 centros. AI da nuevos detalles de la gravedad de las condiciones y duración de las detenciones en los centros de países como Chipre, Bulgaria, Dinamarca, Hungría, Malta o Polonia.

Los dos lamentables lamparones europeos y españoles pertenecen a un mismo y triste universo. Son los nuevos territorios del no derecho, los limbos jurídicos donde no hay hábeas corpus ni control de las instituciones, estudiados por el italiano Giorgio Agamben (Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida). Su matriz oculta está, según el filósofo, en los campos de concentración, desde la época colonial hasta el nazismo, donde reina el estado de excepción y los seres humanos se convierten en sacrificables. La cumbre más alta y abrupta de esta cordillera donde hay colinas de nuestra incumbencia, también la cumbre más obscena, se llama Guantánamo.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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