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Reportaje:

Un hombre al acecho del Kremlin

Vladímir Yakunin, jefe de los ferrocarriles rusos, se perfila como aspirante a la sucesión de Putin

Pilar Bonet

La lista de aspirantes aprobados por el Kremlin para sustituir a Vladímir Putin cuando éste deje la presidencia de Rusia en 2008 no tiene por qué limitarse a los dos candidatos que hoy juegan en primera línea, los viceprimeros jefes del Gobierno, Dmitri Medvédev y Serguéi Ivanov. Mientras los dos delfines lidian con los problemas cotidianos del Gobierno, otros hombres de confianza del presidente han tomado posiciones y se han ido fortaleciendo al frente de organizaciones económicas y sociales que, llegado el caso, pueden transformarse en trampolines políticos. Entre los personajes que podrían eventualmente aspirar a la jefatura del Estado, uno de los más notables es Vladímir Yakunin, presidente de los Ferrocarriles de Rusia desde 2005.

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Al igual que Putin, Medvédev e Ivanov, Yakunin, de 58 años, procede de San Petersburgo, ciudad en la que cursó estudios superiores de mecánica y se dedicó a los negocios tras regresar a su país desde Estados Unidos, donde trabajó en la representación diplomática de la Unión Soviética ante Naciones Unidas (1985-1991). Según la revista Kommersant Vlast, Yakunin era en realidad un oficial del espionaje soviético bajo cobertura diplomática, una circunstancia que, de ser cierta, le acercaría aún más a Putin, quien por la misma época fue espía en la República Democrática Alemana. El presidente de los ferrocarriles acompaña al presidente Putin a menudo en sus viajes, y tiene una presencia destacada en los medios de comunicación de Rusia.

En los años noventa, Yakunin fue miembro de la junta directiva del Hotel Europa de San Petersburgo y de la Naviera Marítima del Báltico, presidió un banco y trabajó con Putin cuando éste dirigía el Comité de Relaciones Exteriores de la segunda ciudad de Rusia. En 1996, junto con Putin, fue uno de los fundadores de la cooperativa Ozero (el Lago), una comunidad de dachas o viviendas residenciales en las afueras de San Petersburgo. A Moscú, llegó en 2000 como viceministro de Transportes y fue ascendiendo hasta pasar a dirigir la compañía de ferrocarriles que sustituyó al ministerio responsable del sector.

La característica más llamativa de la figura de Yakunin es su estrecha vinculación a la Iglesia Ortodoxa Rusa y su liderazgo en organizaciones culturales y foros de diálogo (Centro de la Gloria Nacional de Rusia y Fundación de San Andrés el Primer Llamado) que han ido surgiendo a partir de 2001 con la misión de propagar y apoyar la cultura y las tradiciones rusas, entendidas desde posiciones conservadoras. Yakunin defiende una imagen de Rusia centrada en sí misma, sosegada y tolerante, pero reacia a ser absorbida en una globalización de corte occidental. Se trata de una Rusia no agresiva, por lo menos verbalmente, que reclama para sí una "identidad euroasiática".

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"Entre los posibles candidatos a la presidencia, Yakunin representaría una alternativa al liberalismo y al nacionalismo y un compromiso con Occidente", señala un analista a su servicio.

La principal plataforma internacional de Yakunin es el Foro Público Mundial Diálogo de las Civilizaciones, fundado en 2002 como una iniciativa ruso-greco-india. Este foro se reunió el 13 y el 14 de marzo en la sede de la Unesco en París y allí, frente a un amplio elenco de dignatarios religiosos y analistas internacionales, Yakunin cuestionó las "formas absolutas y universales" de los valores humanos y contrapuso el pluralismo de concepciones humanistas al "humanismo europeo" hijo del Renacimiento y la Ilustración.

Yakunin opinó que las democracias no tienen por qué parecerse todas a la de EE UU. Según él, el sistema formal de derechos y libertades cívicas debe contribuir a realizar las ideas sobre la dignidad humana que son "propias" de las distintas civilizaciones. Para superar el creciente deterioro del clima internacional, el político abogó por el diálogo. Los recursos económicos para potenciar este diálogo no le faltan. Desde 2003, Foro Público Mundial convoca una multitudinaria reunión anual en la isla griega de Rodas y se ha reunido también en Cuba bajo el patrocinio de Fidel Castro. Yakunin además ha condecorado al ex presidente de Irán, Mohammed Jatamí, con la orden de San Andrés el Primer Llamado.

El monopolio estatal de los Ferrocarriles de Rusia es el tercero del país después de Gazprom, el monopolio del gas, y la empresa estatal de energía eléctrica. En 2006, los ferrocarriles rusos tuvieron unos ingresos netos de 25.000 millones de rublos [724 millones de euros]. Con sus 85.500 kilómetros de tendido, los ferrocarriles son clave para la explotación de los recursos naturales de Siberia y compiten en esta tarea con otros monopolios, como Transneft, la empresa responsable de los oleoductos.

En un reciente estudio financiado por los ferrocarriles, se aboga por el transporte ferroviario de petróleo a China. Los trenes, argumentaron los autores del estudio, permiten crear una red de asentamientos poblacionales a diferencia de los oleoductos, y también dan a Rusia una mayor independencia que el oleoducto para regular los suministros energéticos al enorme y temido vecino oriental.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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