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La importación masiva de gasolina pone en aprietos la economía iraní

Irán repatría 48.500 millones por temor a nuevas sanciones por su programa nuclear

Ángeles Espinosa

Ni siquiera las cuotas de gasolina subvencionada han logrado contener el derroche de combustible al que están acostumbrados los iraníes. Al Gobierno de Mahmud Ahmadineyad no le va a quedar más remedio que pedir al Parlamento un presupuesto adicional de entre 3.900 y 4.900 millones de euros para financiar las cada vez más caras importaciones de gasolina y diésel hasta el final del presente año iraní (que concluye el 20 de marzo de 2009), según anunciaba ayer la prensa local.

Tras un breve descenso inicial del consumo el verano pasado, los agujeros en el sistema de racionamiento y el aumento del precio de los derivados del petróleo por el alza del crudo han desbaratado los planes de Teherán. En la actualidad, el país consume 80 millones de litros de gasolina diarios, frente a los 75 millones de junio del año pasado, cuando se introdujeron las cuotas para descargar al Estado del enorme coste que supone su venta a precio subvencionado. El país gasta 65.000 millones de euros anuales en subsidios energéticos, incluidos la electricidad y el gas.

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En un primer paso hacia el desmantelamiento de ese oneroso sistema, las autoridades han anunciado que a partir del 21 de junio (cuando empieza el mes de tir del calendario iraní) se suprimirá la subvención a la súper sin plomo, con lo que los particulares ya no tendrán derecho a 120 litros a 1.400 riales (0,10 euros) y deberán pagar a 5.400 riales (0,37 euros) desde el primer litro. Además, los coches de más de 2.000 centímetros cúbicos (1.300 si son importados) tampoco podrán acceder a la normal sin plomo subvencionada (1.000 riales el litro) y deberán pagarla a 4.000 riales.

"El objetivo es acabar con los subsidios para 2011", ha explicado el ministro del Interior en funciones, Mehdi Hashemi.

Aunque Irán es el cuarto productor de petróleo del mundo, la falta de capacidad de refino le obliga a comprar fuera la mitad de sus necesidades de gasolina y una cantidad similar de diésel. Esa dependencia del exterior aumenta su vulnerabilidad ante un eventual reforzamiento de las sanciones internacionales por su controvertido programa nuclear. A pesar de esa espada de Damocles, sus gobernantes no están dispuestos a renunciar al enriquecimiento de uranio tal como reiteraron el pasado sábado durante la visita a Teherán del jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, con una propuesta para desbloquear la crisis.

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De hecho, ante el temor a nuevas sanciones contra su sistema financiero, Irán está retirando sus depósitos de bancos europeos. Aunque no hay datos oficiales del volumen de esa operación, el semanario Shahrvand-e Emrouz cifraba ayer los fondos repatriados en 75.000 millones de dólares (unos 48.500 millones de euros). Una parte de esa cantidad "se ha convertido en oro y acciones, y otra parte se ha transferido a bancos asiáticos", afirma el semanario citando al viceministro de Exteriores para Asuntos Económicos, Mohsen Talaie.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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