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"Lo importante no es el número de muertos en Srebrenica, sino por qué los mataron"

Serge Brammertz, fiscal del Tribunal para Yugoslavia, espera que detengan pronto al general Mladic para unir su causa a la del ex líder serbo bosnio Karadzic, cuyo proceso empieza el 26 de octubre

Sonriente, pero cauto ante el caso más importante de su carrera, Serge Brammertz, fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), confía en demostrar a partir del 26 de octubre el plan genocida de Radovan Karadzic. El juicio contra el ex político serbo bosnio comienza ese día, y el ministerio público "quiere probar que en Bosnia, entre 1992 y 1995, hubo un plan preciso para expulsar a la población no serbia de sus hogares. En otras palabras, que hubo intención genocida a través de lo que en lenguaje llano se llama limpieza étnica. Por eso lo esencial no es tanto la cifra de muertos, siendo atroz. Es el cómo y por qué los mataron", dice. Y si Ratko Mladic , jefe militar serbio en su día a las órdenes de Karadzic, fuera detenido en breve, "lo lógico sería conectar las dos causas para ser más eficaces".

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Convocado por la prensa extranjera destacada en La Haya, sede del TPIY, Brammertz ha subrayado los dos momentos clave del pliego de acusación: Srebrenica (con 8.000 varones musulmanes asesinados por las tropas serbias) y el sitio de Sarajevo (que sumó 12.000 víctimas civiles). En ambos sucesos se fundan los cargos de genocidio contra Karadizc. Los otros, hasta once en total, contemplan crímenes de guerra y contra la humanidad perpetrados en 27 municipios bosnios. "La cifra real de pueblos es muy superior, pero hemos concentrado lo ocurrido para que refleje los momentos más señalados. Así la acusación será más abarcable y el proceso no se alargara innecesariamente", continúa. Con los testigos ha sucedido otro tanto. De los 540 iniciales, se ha pasado a 409. Todos deberán declarar, en persona o bien por escrito, a lo largo de las 300 horas asignadas a la fiscalía para presentar el caso. De este modo, el TPIY podrá cerrar sus puertas hacia 2012.

Para las familias de las víctimas las prisas de última hora del Tribunal, auspiciado por Naciones Unidas, han supuesto un dolor adicional. "La tragedia forma parte de su vida diaria. Hay quien perdió a 23 parientes y aún no ha podido enterrarlos. De ahí que hayamos explicado que un juicio interminable no beneficia a nadie. El objetivo es mostrar la magnitud de los crímenes", sigue el fiscal. Su aparente convicción no decae ni siquiera cuando se le pregunta sobre el posible boicot de Karadzic, que amenaza con no personarse en la sala de vistas. "Ha tenido 15 meses para preparar su defensa y tendrá un juicio justo. Si no acude, los jueces dictarán el procedimiento a seguir. Pero el proceso se celebrará", concluye.

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