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El futuro del Magreb

Un juez de París ordena la detención del jefe de la Gendarmería marroquí

El juez instructor de París Patrick Ramaël aguó, en parte, la fiesta franco-marroquí que supone la visita del presidente Nicolas Sarkozy al reino alauí.

Firmó el lunes una orden de detención de cinco marroquíes de los que sospecha pueden estar implicados en el secuestro y desaparición hace 42 años del socialista Mehdi Ben Barka, el más célebre opositor a Hassan II. Entre los detenidos figura el general Hosni Bensliman, jefe de la Gendarmería Real, y Abdelhak Kadiri, hasta hace un par de años responsable del servicio secreto exterior. Los otros tres eran agentes marroquíes que, con la ayuda de delincuentes y de la policía francesa, capturaron a Ben Barka a su salida de un restaurante en París.

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El magistrado, que lleva años investigando, ya les había convocado como testigos, pero no acudieron a la cita, motivo por el cual dio este paso. Las órdenes que firmó el lunes deben ser tramitadas, para ser ejecutadas, por el Ministerio de Justicia francés, que aún no las ha recibido. Su titular, Rachida Dati, que acompaña a Sarkozy en este viaje, rehusó ayer hacer cualquier comentario.

Bechir Ben Barka, el hijo del opositor, se alegró ayer del paso judicial. "Son los únicos testigos vivos en Marruecos que pueden proporcionar información sobre la suerte de mi padre", declaró a la emisora France Inter.

Tras su secuestro, Mehdi Ben Barka fue probablemente trasladado a Marruecos, donde fue asesinado, aunque otras indicaciones apuntan a que pudo morir en Francia. Su cadáver no ha aparecido.

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