Un juez deniega la libertad provisional al magnate ruso Mijaíl Jodorkovski

"Dondequiera que trabaje, dedicaré todas mis fuerzas a mi país, Rusia, y al gran futuro en el que creo firmemente". Mijaíl Jodorkovski lanzó esas palabras tras renunciar a la presidencia de Yukos, la primera petrolera del país, desde la prisión donde espera su juicio por estafa, robo, organización de banda delictiva y evasión de impuestos. Por ahora, el magnate ruso deberá seguir trabajando por su país desde su cárcel en Moscú, donde, según su abogado, es "un preso político", puesto que el juez le ha denegado la libertad provisional.

Jodorkovski, el hombre más rico del país con una fortuna aproximada de 8.000 millones de dólares, fue encarcelado el pasado 25 de octubre en Novosibirsk, donde su avión hizo escala para repostar combustible. Pocas horas después, en la capital rusa, la fiscalía rusa le acusó de siete delitos, y pidió que el magnate, que fue trasladado a la capital rusa ese mismo día, fuera mantenido en prisión preventiva como medida cautelar.

Ambiciones políticas

Apenas una semana después, el 3 de noviembre, el empresario renunció a la presidencia de la compañía para centrarse, según él, en la fundación en la que Yukos invierte 100 millones de dólares anuales; sin embargo, en los medios de comunicación más liberales del país no se descarta que prepare su entrada en política, e incluso no se descarta que desee competir con Vladímir Putin por la presidencia en las elecciones del próximo marzo. "Cada día que pasa en la cárcel aumentan sus posibilidades políticas", han señalado medios próximos a Yukos

Entre tanto, el timón de la petrolera lo ha tomado el empresario estadounidense de origen ruso Semión Kukes. La renuncia de Jodorkovski fue interpretado como un paso para proteger a la empresa de las acciones de la Fiscalía, que ya había embargado el paquete mayoritario de acciones del magnate en la compañía.