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Un juez embarga reservas del Banco Central argentino en Estados Unidos

Dos fondos de inversión reclaman deuda pública impagada desde 2001

Alejandro Rebossio

Argentina sufrió ayer un nuevo embargo judicial en EE UU contra las reservas de su Banco Central por la deuda pública impagada desde 2001. El juez federal de Nueva York Thomas Griesa dispuso la congelación de activos que estaban en la Reserva Federal de esa ciudad ante la presentación de dos fondos de inversión llamados buitres, dado que se dedican a comprar bonos baratos de países en suspensión de pagos para después litigar en la justicia para cobrar el 100% de lo adeudado.

No es la primera vez que el Banco Central de Argentina padece un embargo. Los anteriores fracasaron porque el país suramericano sostenía que la autoridad monetaria era autónoma del Tesoro. La diferencia es que esta vez los acreedores han argumentado que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner quiere usar 6.500 millones de dólares en reservas para pagar casi la mitad de vencimientos de la deuda pública de este año.

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El ministro de Economía argentino, Amado Boudou, quiso minimizar el decomiso de reservas, al señalar que se trataba de una medida "preventiva" por sólo 1,7 millones de dólares, sobre un total de una deuda impagada de 30.000 millones, pero intentó maximizar su contenido político en medio de la crisis institucional por el control del Banco Central. "Parece que los fondos buitres tienen oficinas en Buenos Aires", dijo Boudou en referencia implícita al gobernador del Banco Central, Martín Redrado.

Fernández, Boudou y los demás ministros han firmado dos decretos, uno en diciembre y otro la semana pasada, en los que ordenaron el uso de reservas para el pago de deuda y la destitución de Redrado, respectivamente. Una juez federal detuvo ambas decisiones el pasado viernes por los recursos que presentaron diputados opositores y el propio jefe de la autoridad monetaria. Sin embargo, el ministro de Economía aludió ayer a Redrado como el "ex" gobernador y dijo que los buitres tienen contactos "a veces dentro de los poderes del Estado".

Los buitres y otros tenedores de los bonos impagados rechazaron la fuerte quita de la deuda que el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) les ofreció en 2005, pese a que el 76% de los acreedores aceptó, porque se resignaba a que Argentina no podía pagar más. Desde 2002 se vienen sumando juicios contra Argentina en tribunales de este país, EE UU, Italia, Alemania o Francia. De momento, la inmensa mayoría de los intentos de embargo fracasó, porque Argentina se ha ocupado de resguardar sus activos en el exterior y porque embajadas o delegaciones militares se encuentran protegidas por la inmunidad soberana. Por ejemplo, el Banco Central había protegido sus reservas al enviar casi todas ellas al Banco Internacional de Pagos, en Basilea.

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"En ninguna circunstancia serán más de 15 millones", se refirió ayer Boudou al nuevo embargo de reservas, que fue solicitado por los fondos norteamericanos NML y EM. Estos acreedores alegaron ante el juez de Nueva York que el Fondo del Bicentenario, en el que el Gobierno pretende acumular reservas para el pago de deuda, "revela que el Banco Central es una oficina del poder ejecutivo".

Frente a las reclamaciones opositoras a favor de la autonomía del Banco de Argentina, Boudou dijo que su Gobierno, en su intento por saldar deudas, "quiere darle independencia económica al país", que "se encuentra en este momento prácticamente bajo un conjunto de acciones de la oposición, un sector de la justicia y los tenedores de bonos que nunca quisieron arreglar [sus cuentas] con el país". La diputada de la Coalición Cívica Patricia Bullrich anunció que todos los grupos opositores se iban a reunir anoche para reclamarle al Gobierno (peronista) la derogación "en forma urgente" del decreto de uso de reservas para el pago de deuda ante el nuevo embargo.

Boudou ha prometido que a finales de enero se reabrirá el canje de la deuda impagada para que se adhieran aquellos que quisieron quedarse fuera en 2005. Ayer admitió que el nuevo embargo "está dañando" esa operación, aunque aclaró que no se suspenderá. El clima financiero no es tan bueno para el canje como hace dos semanas: entre la crisis del Banco Central y la congelación de activos en EE UU, la prima de riesgo (sobre los tipos de los bonos de ese país) subió ayer al 7,26% desde el 6,31% del pasado día 4.

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