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El juez que investigó la guerra de Gaza rectifica

El Gobierno israelí exige a la ONU que anule el informe que dirigió Goldstone

Enric González

En abril de 2009, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU encargó al juez surafricano Richard Goldstone una investigación sobre la guerra de Gaza. En septiembre de ese año, Goldstone presentó un informe en el que acusaba a ambos bandos, el Ejército israelí y las milicias de Hamás, de cometer crímenes de guerra. Dos años después, el juez surafricano ha cambiado de opinión y considera que las Fuerzas Armadas de Israel no atacaron deliberadamente objetivos civiles. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, exigió ayer que el Informe Goldstone fuera suprimido.

Goldstone publicó el viernes un artículo en The Washington Post que empezaba con la siguiente frase: "Hoy sabemos mucho más sobre lo que ocurrió en la guerra de Gaza de 2008-2009 que cuando presidí la comisión investigadora que produjo lo que se conoce como el Informe Goldstone. Si hubiera sabido entonces lo que sé ahora, el Informe Goldstone habría sido un documento distinto".

Lo que modificó de forma decisiva las conclusiones del juez fue la apertura de sumarios judiciales en Israel por presuntos crímenes y abusos por parte de jefes militares. Hubo una matanza en particular, la de 29 miembros de la familia Samuni refugiados en un edificio por orden de los propios soldados israelíes, que se convirtió en símbolo de la brutalidad de la Operación Plomo Fundido. Los oficiales responsables de aquellas muertes alegaron que habían interpretado erróneamente unas fotos aéreas. Su procesamiento aún está en curso.

Según Goldstone, el hecho de que se abrieran esos sumarios demostró que los altos mandos del Ejército no habían dado órdenes de atacar a civiles y que, por tanto, no se podía acusar a Israel de crímenes de guerra. Por el contrario, Hamás no investigó ninguno de los incidentes de los que fueron acusadas sus milicias en el informe, lo que, según la misma lógica, vendría a demostrar que en ese bando sí se mantenía oficialmente la política de disparar contra civiles.

Richard Goldstone fue elegido como jefe de la misión investigadora porque además de tener una amplia experiencia profesional era judío. El mandato del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un organismo con miembros discutibles (Libia entre ellos) y escasas simpatías hacia Israel, se limitaba a la investigación de los posibles crímenes cometidos por militares israelíes, sin hacer mención de los que pudiera haber cometido Hamás. Goldstone avisó desde el principio que examinaría la actuación de ambos bandos. Pese a sus promesas de ecuanimidad, el Gobierno israelí se negó a cooperar.

Desde su publicación, el Informe Goldstone se convirtió en una de las más citadas piezas acusatorias contra el comportamiento israelí en la guerra de Gaza. El juez surafricano fue sometido a intensa presión por parte de sectores de la comunidad judía. Israel siempre se negó a reconocer la validez del informe por considerarlo sesgado e incompleto. Netanyahu anunció una campaña internacional dirigida a conseguir que la ONU declarara el texto oficialmente nulo. "Pocas veces se retira una falsa acusación, y esto es lo que acaba de hacer Goldstone", dijo el primer ministro israelí.

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