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La justicia iraquí planta cara al Pentágono y exige la liberación del reportero Bilal Hussein

EE UU arrestó al fotógrafo de AP hace dos años por supuestas conexiones con la insurgencia iraquí, aunque nunca ha presentado cargos formales contra él

Una comisión judicial compuesta por tres jueces y un fiscal del Tribunal Federal de Apelaciones iraquí ha ordenado este domingo la puesta en libertad del fotógrafo iraquí Bilal Hussein, reportero de la agencia de noticias

estadounidense Associated Press (AP) que contribuyó a que ésta ganara el Premio Pulitzer en 2005, que permanece encarcelado desde hace dos años en una prisión militar de EE UU en Bagdad porque el Pentágono está convencido de que tiene conexiones con la insurgencia iraquí, aunque nunca ha presentado cargos formales contra él.

La justicia iraquí desestima así la última acusación criminal que quedaba contra Hussein, ordena "detener todos los procedimientos legales" y afirma que el fotógrafo debería ser "puesto en libertad inmediatamente" a menos que se presente alguna otra acusación. "Estamos agradecidos por la decisión del Consejo para Amnistías y de los jueces iraquíes. Esperamos que Bilal pueda regresar seguro junto a su familia y a AP", ha declarado el presidente de AP, Tom Curley.

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Los hechos por los que Hussein fue detenido se remontan al 12 de abril de 2006, cuando dio cobijo en su casa a un grupo de personas tras una explosión en una calle en Ramadi, capital de la provincia occidental de Anbar. Entre los refugiados, al menos dos de ellos resultaron ser miembros de las milicias radicales, por lo que a partir de entonces Hussein quedó bajo custodia de los marines.

El Pentágono aseguraba, además, que Husein tenía en su casa propaganda terrorista, fotos de vigilancia de objetivos y material para fabricar bombas, y llevaba tiempo levantando sospechas por ser muy a menudo el primer fotógrafo en llegar al lugar donde se producían los ataques.

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El pasado jueves el Ejército estadounidense informó de que no pondría a Hussein en libertad a menos que un comité de revisión del caso así lo determinara, respondiendo así a una decisión anterior del comité iraquí que había ordenado su liberación tras decidir disgregar y descartar las acusaciones relacionadas con terrorismo.

Un portavoz militar estadounidense, el general Kevin Bergner, aseguró que el caso de Hussein había sido revisado en varias ocasiones por un comité que estudia periódicamente los archivos de los detenidos, para el que Hussein aún supone una "amenaza para la seguridad".

Preocupación internacional

La mayoría de las 23.000 personas que están bajo custodia militar estadounidense en Irak por suponer una amenaza para la seguridad están presas sin que se haya presentado cargo alguno contra ellas. Algunas de ellas son periodistas iraquíes que se encuentran en situación parecida a la de Hussein.

El caso de Hussein ha atraído la atención de grupos de prensa internacional, que lo considera un ejemplo de las complicaciones que sufren los periodistas iraquíes que cubren la guerra en su país.

Associated Press, por su parte, que desarrolló una investigación particular sobre el caso, no ha encontrado pruebas de los delitos de los que se acusa a Hussein. Según la agencia, Hussein no es más que un periodista iraquí que trabaja en una zona de guerra y la mayoría de las fotografías que ha suministrado no son de actividades insurgentes, sino de ataques cuando ya han ocurrido y del día a día de los iraquíes en el país. El presidente de AP, Tom Curley, ha llegado a declarar que el Pentágono intenta retener a Hussein en la cárcel para que no lleguen noticias de Anbar, a la que calificó como "agujero negro de la información".

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