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Reportaje:

La larga mano de Francia en Colombia

Nicolas Sarkozy intensifica las gestiones de mediación para lograr que la guerrilla libere a Ingrid Betancourt

¿Por qué el presidente francés Nicolas Sarkozy pidió la libertad de Rodrigo Granda, el llamado canciller o embajador volante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)? La pregunta ronda estos días en medio de la excarcelación masiva de guerrilleros de esta organización subversiva ordenada por el Gobierno. Granda asegura que no conoce la respuesta. "Si no fuera mucha molestia, quisiera que Sarkozy me dijera por qué me pidió", declaró Granda en conferencia de prensa.

Granda salió de la cárcel el pasado lunes para alojarse en la sede de la Conferencia Episcopal de Bogotá, mientras la dirigencia de su organización decide si avala su trabajo como negociador.

No es la primera vez que surgen interrogantes sobre el papel del Gobierno francés en el diálogo de sordos en que se ha convertido el tema del acuerdo humanitario para devolver la libertad a 55 secuestrados de los más de mil que se encuentran en poder de las FARC. Su interés tiene nombre propio: Ingrid Betancourt, ex candidata presidencial, secuestrada en febrero de 2002. Ella tiene doble nacionalidad; su primer esposo y padre de sus dos hijos es el diplomático Fabrice Delloye.

Nôel Saez, cónsul en Colombia hasta 2004, ha sido el interlocutor oficial francés con las FARC en esta misión. Saez fue el promotor del grupo de países facilitadores conformado también por España y Suiza. "Los avances recientes en materia de acuerdo humanitario han sido mediados por ellos", dice el analista Alfredo Ranqel. A finales de 2005 los tres países presentaron una propuesta para destrabar el acuerdo: un punto intermedio en las posiciones cerradas de guerrilla y Gobierno en la que no se daban ventajas militares a ninguno de los dos. El Gobierno acogió la propuesta; las FARC alegaron que a ellos jamás se la habían presentado y acusaron a Uribe de haber torpedeado esta opción por haberla divulgado prematuramente.

En 2003, dos reuniones de Saez con jefes guerrilleros en las selvas del sur, causaron roces diplomáticos. "Consideramos que hay una injerencia en los asuntos internos del país cuando se establecen contactos con grupos ilegales sin anuencia del Gobierno", dijo la entonces ministra de Exteriores Carolina Barco. Francia aseguró que sí existía el permiso.

Ese mismo año, en julio, se produjo un episodio bochornoso y aún sin aclarar. El entonces canciller francés Dominique de Villepin envió un avión Hércules, con diplomáticos, personal médico y equipos de rescate, a Manaos, capital de la Amazonía brasileña, con la misión de rescatar a Ingrid. "En la Amazonía operación ilegal de rescate", tituló la revista del vecino país que destapó el escándalo ¿Por qué tamaño desatino? Días antes, el presidente Álvaro Uribe había comunicado a la familia de Ingrid la versión de un informante que anunciaba la pronta liberación de la cautiva por motivos de salud. Astrid, su hermana, viajó a las selvas del sur del país y comunicó a la cancillería francesa lo que estaba ocurriendo; ésta reaccionó de manera desproporcionada enviando el Hércules.

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Uribe fue acusado por las FARC de inventar la historia del informante para sabotear un cara a cara entre un alto funcionario de la cancillería francesa y su portavoz, Raúl Reyes. Por esos días, supuestamente, la guerrilla buscaba también reunirse con el emisario de la ONU, James Lemoyne. Los franceses aceptaron haber caído en una trampa.

No es la única vez que se ha acusado a Uribe de torpedear intentos orquestados desde Francia. En las detenciones de dos importantes miembros de las FARC, Simón Trinidad y Rodrigo Grada, el primero en Ecuador y el segundo en Venezuela, se le acusó también de haber "frustrado acercamientos" en pro de la solución definitiva al cautiverio de la ex candidata.

Jacques Thomet, director durante cinco años de la agencia France Presse en Bogotá, en un libro publicado en febrero de 2006 plantea que por errores diplomáticos el Gobierno francés en lugar de ayudar complicó más las cosas para Ingrid: "Ha prolongado el calvario cuando se trataba de acortar su duración".

Las FARC han avalado siempre la mediación francesa. El pasado 24 de mayo, el comandante guerrillero Raúl Reyes aseguró que los "buenos oficios" de Francia serían definitivos para conseguir el regreso a sus casas de los rehenes. Granda califica de "loable" la intervención del presidente francés en su liberación y dice que este gesto abre una esperanza. Y pidió a los familiares de los rehenes no abrigar ilusiones y tener "mucha paciencia".

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