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Las lluvias causan el mayor desastre urbanístico de la historia de La Paz

52 personas han muerto en Bolivia desde enero por las riadas e inundaciones

La Paz soporta el mayor desastre urbanístico de su historia a causa del desplome de una parte de las laderas que la rodean y que afecta a más de 140 hectáreas. El extenso deslizamiento de tierras ha destruido al menos 1.500 viviendas y ha dejado sin techo y apenas con lo puesto a unas 6.000 personas.

La sede del Gobierno boliviano se ha convertido en una de las regiones más dañadas por los efectos de las demoradas pero intensísimas lluvias, que han ocasionado inundaciones en los valles centrales, desbordado ríos y anegado miles de hectáreas de cultivos agrícolas. El viceministro de Defensa Civil, Hernán Tuco, afirmó ayer que las riadas e inundaciones han dejado al menos 52 muertos en lo que va de año y alrededor de 14.000 familias damnificadas, de las que unas 6.400 se dedican a la agricultura y la ganadería, de acuerdo con un balance preliminar del ministerio.

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Las caudalosas aguas de un sin número de ríos de la cabecera amazónica y afluentes del mayor río sudamericano, el Amazonas, se dirigen al norte boliviano y a su paso inundan poblaciones ribereñas.

Los terrenos que circundan la ciudad de La Paz son, en su mayor parte, de arena y greda, con desniveles de entre 50 y 100 metros. En la zona del desastre, el desplome de tierras arrastró hacia una quebrada que no está canalizada decenas de viviendas, lo que también ha originado un movimiento geodinámico que continúa afectando a zonas aledañas, explicaron geólogos de esa ciudad.

Las imágenes que reflejan los medios audiovisuales son desoladoras. Los vecinos tratan de reconocer objetos de su propiedad cubiertos de lodo entre los escombros acumulados en la base de las laderas. Todavía se aprecian algunos tramos de calzada partidos como simple cartón y hojas de zinc abolladas que antes del sábado parecían ser tejados seguros para decenas de viviendas acomodadas una sobre otra.

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La Paz se ha levantado en una quebrada, una hoyada, dicen los paceños, a los pies del nevado Illimani con cientos de manantiales y riachuelos subterráneos. La fuerte migración determinó que los pobladores le disputaran espacio a las colinas de tierras areno-arcillosas. La ausencia en el pasado de una permanente y definida política de urbanización dejó sin servicios básicos organizados a los cada vez más crecientes conglomerados humanos que ocuparon todas las laderas de la ciudad.

En los años setenta, una misión de geólogos franceses recomendó a la Alcaldía de La Paz convertir todas las laderas en un cinturón verde para contener el desplome de tierras. El informe fue archivado.

Varios de los llamados "barrios de verdad", promovidos por la Alcaldía con dotación de todos los servicios y zonas recreativas para mejorar la calidad de vida de los vecinos, han desaparecido, ante el dolor y la incredulidad de sus dueños. Uno de ellos contaba entre sollozos que hacía poco había cumplido el sueño de toda su vida: comprar una casita para su familia con sus ahorros y algún préstamo. Lo perdió todo.

Igual de lacerantes son las escenas en el valle de Cochabamba, donde humildes agricultores trataban ayer de rescatar algo de sus productos agrícolas ya no para la venta, sino para su sustento. Una anciana se secaba las lágrimas con el delantal mientras se lamentaba porque el agua arrasó sus corrales y perdió gallinas, conejos y a su perro.

El drama ha conmovido a los bolivianos, que han comenzado a enviar contribuciones para los damnificados. La Alcaldía de La Paz ha suspendido los festejos del Carnaval, que llegaban este fin de semana a su apogeo, y el Gobierno de Evo Morales ha postergado los festejos de la Administración pública, mientras que en el resto del país se tiende a imitar estas medidas como expresión de solidaridad.

Ciudadanos del Valle de las Flores intentan recuperar sus pertenencias entre los escombros.
Ciudadanos del Valle de las Flores intentan recuperar sus pertenencias entre los escombros.AIZAR RALDE (REUTERS)
Miles de damnificados por las inundaciones en Bolivia esperan las ayudas prometidas por el presidente Evo Morales. Los daños causados por el fenómeno climático La Niña en varias regiones del país, han afectado a unas 60.000 familias, durante esta temporada de lluvias. 57 personas han muerto desde noviembre a causa de los temporales.Vídeo: VNews

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