La maldición de los Strojan
La persecución de una familia gitana destapa los problemas de las minorías en Eslovenia

La imagen pertenece a una Europa de otros tiempos. Una turba se concentra ante un asentamiento gitano cuyos habitantes, en su mayoría mujeres y niños, tienen que huir al bosque. Pero esto no ha sido más que el principio de un problema que, tras crecer como una bola de nieve, se ha convertido en uno de los mayores escándalos que ha vivido Eslovenia, en el que ya ha intervenido el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa.
Cuando la policía evacuó a los Strojan a un cochambroso centro de refugiados situado en un antiguo cuartel militar de Postojna, en el sur del país, no podía imaginar hasta dónde se iban a complicar las cosas. Desde hace un mes, basta con que llegue el rumor de que esa familia gitana de 30 miembros pueda instalarse para que los posibles pueblos de acogida se rebelen. "En toda Eslovenia ocurre lo mismo: en cuanto se habla de que vamos a ir, la gente levanta barricadas", explica Mirko Strojan, de 30 años, el cabeza de familia, en la habitación que comparte con otras seis personas, varios perros, una cocina y la televisión.
La semana pasada el alcalde de Liubliana, Zoran Jankovic, tuvo que enfrentarse a todo tipo de improperios en una localidad cercana a la capital a la que iban a trasladarlos. Los habitantes ya habían bloqueado con tractores el acceso a la posible casa de acogida. "No van a venir, lo consigamos por las buenas o por las malas", asegura un hombre de unos 60 años a pocos metros de la vivienda. Ante la presión popular, el Ayuntamiento retiró la invitación y las cosas se complicaron todavía más: los Strojan, hartos, decidieron volver a su casa y abandonaron el centro de refugiados el sábado por la noche. Los habitantes de Ambrus se amotinaron y sólo la intervención del primer ministro, Janez Jansa, logró que las aguas volviesen a su cauce, aunque con la situación mucho más emponzoñada.
"Si una autoridad escucha a una multitud y traslada a personas sin una decisión judicial, esto puede convertirse en un ejemplo de manual para otros futuros incidentes", explica Matjaz Hanzek, el defensor del pueblo esloveno. El asentamiento de la familia Strojan permanece vigilado por los habitantes del cercano pueblo de Ambrus que detectan cualquier movimiento extraño. Todavía hay ropa tendida, mientras que las gallinas y las ocas abandonadas corren entre las casuchas construidas ilegalmente.
Ambrus, un apacible pueblo del centro de Eslovenia, de 500 habitantes, se ha llenado de silencios y miradas desconfiadas. Acusan a los Strojan de ser unos delincuentes -tres de sus miembros están en prisión-, de envenenar el agua y recuerdan que el incidente que desató el conato de pogromo fue una paliza a un habitante de la localidad, que ahora se encuentra en coma, por parte de un hombre que vivía con los gitanos. La manifestación de unas 600 personas, que pudo convertirse en violenta si no llega a ser por el contundente despliegue policial, fue transmitida en directo por la televisión.
El incidente de Ambrus demuestra que en Los 25 no se han solucionado los problemas de convivencia multicultural, ni siquiera entre sus miembros más avanzados. Con dos millones de habitantes, Eslovenia, una antigua república yugoslava que entró en la UE en mayo de 2004, se prepara para ingresar en el euro el 1 de enero y para presidir La Unión en el primer semestre de 2008. Según reconoce Jozek Horvat, presidente de la Unión Romaní de Eslovenia, este país tiene la legislación más avanzada de Europa central y oriental en lo referente a la integración de los gitanos (unos 10.000).
Bozidar Jezernik, decano de la Facultad de Letras de Liubliana y un etnólogo experto en la cultura romaní, conoce muy bien la historia de la familia Strojan, formada por tres hombres, seis mujeres (entre ellas la matrona, Elka, de 55 años) y el resto niños de hasta cinco meses. "La región de Ambrus tiene una vieja tradición de xenofobia", relata Jezernik. El padre de la familia era un nómada que, junto a su mujer, se dedicaba a recoger hierbas y setas y luego a venderlas. Pero, con la hiperinflación yugoslava de los ochenta, ganó mucho dinero en divisas al vender sus setas en Italia. Y, al prosperar, trató de comprar una casa en el pueblo, pero no le dejaron.
Sin embargo, tras su muerte, la familia sufrió una gran decadencia. Varios miembros acabaron en la cárcel y los incidentes se multiplicaron; hasta la noche del 23 de octubre, en la que huyeron al bosque tras la manifestación en Ambrus y luego fueron evacuados a Postojna. "La gente dice que somos unos racistas, pero no es verdad. La culpa la tiene el Gobierno que no hizo nada a pesar de los problemas que siempre estaban creando", asegura un habitante de Ambrus. "Es el Gobierno el que provocó este desastre y sólo hay una solución: que vuelvan a sus casas con la protección necesaria", señala el Defensor del Pueblo.
"Es un asunto importante porque la UE trata precisamente de eso, de multiculturalidad", señala Horvat que, por otra parte, reconoce que el caso de la familia Strojan es muy especial por el carácter conflictivo del clan. "Europa se está convirtiendo en un lugar que no es el mejor para vivir. Lo grave de este incidente es que no es un hecho aislado: basta con ver lo que ocurre en Holanda o en Francia", asegura el sociólogo esloveno Rudy Rizman. "Creo que se ha producido una falla en los valores multiculturales de la UE", agrega.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Al menos dos muertos y ocho heridos en un tiroteo en la universidad de Brown, en Estados Unidos
‘Los domingos’, en cine, y ‘Anatomía de un instante’, en serie, ganan en los premios Forqué 2025
Hamás acusa a Israel de “socavar el alto el fuego” en Gaza al atacar al número dos de su brazo armado
Pedri dirige y Raphinha ejecuta en el Barça de Flick
Lo más visto
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- El jefe de la misión de rescate de María Corina Machado: “Fue una de las operaciones de mayor riesgo en las que he participado”
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- Rusia eleva la presión sobre la UE con una demanda para evitar que financie a Ucrania con sus activos congelados
- Los 50 mejores libros de 2025




























































