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VIOLENCIA EN IRAK

Siete 'marines' mueren en una emboscada en Faluya

El Gobierno interino iraquí desmiente la captura del 'número dos' de Sadam

Ramón Lobo

Siete marines de EE UU y tres guardias nacionales iraquíes perdieron la vida ayer en un aparente ataque suicida contra un convoy militar cerca de Faluya, uno de los principales centros de la insurgencia, situado a 50 kilómetros al oeste de la capital. Tres vehículos militares Humvees quedaron destruidos por el fuego. El motor de uno de ellos fue arrancado por la virulencia de la explosión y lanzado a decenas de metros de distancia.

Se trata de la jornada más sangrienta para EE UU en Irak desde que el 2 de mayo de 2004 resultaran muertos nueve soldados en tres ataques diferentes en Bagdad, Ramadi y Kirkurk.

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Los marines tomaron posiciones en el lugar del atentado, la aldea de Al Saqlawiya, a 15 kilómetros de Faluya. Varios helicópteros sobrevolaron la zona mientras que otros aparatos evacuaban a los heridos, cuyo número no ha sido confirmado. En un tiroteo posterior, cuatro personas resultaron alcanzadas por las balas. Todas son civiles iraquíes, según una fuente hospitalaria de esta localidad, que cita la agencia Reuters.

Con los siete muertos de ayer, y los dos soldados norteamericanos que fallecieron el domingo en un ataque en Bagdad, la cifra de bajas desde que comenzara la guerra en marzo de 2003 se eleva a 985, cerca de la barrera de los 1.000, de acuerdo con el Pentágono. Desde abril, las tropas de EE UU no patrullan en Faluya, tras un fallido intento de tomarla. Esa operación duró tres semanas y causó unos 1.000 muertos. Aunque EE UU asegura que la ciudad es el santuario de los terroristas extranjeros, el número de detenidos parece desmentir esta idea preconcebida que se agita como una propaganda. Desde la ceremonia clandestina de traspaso de poder al Gobierno provisional, 5.000 personas han sido detenidas, pero sólo 30 son foráneas. Y tampoco se habla de los muertos civiles: 1.500 desde el 28 de junio.

La situación política, después de un impulso inicial que permitió la ficción de una mejoría, es un desastre. Una prueba ha sido la falsa captura de Izzat Ibrahim al Duri, antiguo número dos de Sadam. Los Ministerios de Defensa e Interior iraquíes se apresuraron el domingo a anunciar su detención en Tikrit en medio de un combate que causó 70 muertos. EE UU no confirmó la noticia. Ayer, Interior dio marcha atrás y dijo que las pruebas de ADN de un detenido resultaron negativas y un portavoz de Defensa se limitó a informar de que las noticias eran "infundadas". Incluso el gobernador de Saladino, donde está Tikrit, Hamad al Qaisi, negó que la operación hubiese tenido lugar.

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