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El mayor presupuesto de Defensa de toda la UE

Atenas prevé reducir el gasto militar a menos del 3% del PIB

María Antonia Sánchez-Vallejo

Las últimas escaramuzas de la Armada turca en el Egeo han pasado casi inadvertidas en aras del éxito de la visita de Erdogan. Desde el miércoles, dos fragatas turcas han importunado -según la versión de Atenas- a cazas griegos cerca de las islas de Andros, Limnos y Skiros. Los buques Gaziantep y Gokoba, que participaban en unos ejercicios navales, interceptaron a cinco aviones cuando estos se hallaban dentro de sus límites jurisdiccionales, para "conocer su identidad e intenciones de vuelo".

El Gobierno y el Estado Mayor griegos han dado esta vez poca importancia al asunto. Pero operaciones de ese tenor son frecuentes en el llamado mar griego con una orilla turca, es decir, un escenario teórico de guerra salpicado de paradisíacas islas. Los incidentes sólo han hallado eco en la prensa más nacionalista, que denuncia la arrogancia del Ejército turco en la zona: "Business en Atenas, provocaciones en el Egeo", titulaba ayer el diario derechista Eleutheros Typos.

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Hace sólo unos años el incidente habría puesto en pie de guerra al Ejército griego. Así fue en 1987, cuando los dos países casi declaran abiertas las hostilidades tras la incursión de cazas turcos en la Grecia continental, o en 1996, por la discutida pertenencia de una isla deshabitada en el Egeo. Grecia, el miembro de la UE que más presupuesto dedica a gastos militares, ha llegado a desembolsar en los últimos años hasta el 5,6% de su Producto interior bruto (PIB) en equipamiento militar, unos 13.400 millones de euros, según el viceministro de Defensa, Panos Beglitis. Atenas se ha fijado como objetivo reducirlo por debajo del 3% este año.

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Aunque los primeros recortes del Gobierno griego, en febrero, aprobaron una reducción de 547 millones de euros en presupuesto militar, el Ministerio de Defensa confirmaba el acuerdo para la compra de seis fragatas a Francia y 30 aviones Eurofighter a Alemania. En el plan de ajuste que Atenas ha debido presentar en mayo para acceder a la ayuda de la UE y el FMI no hay mención a los gastos militares, ni siquiera en lo que se refiere a los numerosos efectivos -funcionarios- que conforman sus cuatro cuerpos, alrededor de 170.000 (de una población de 11 millones).

Tener como vecino a Turquía, el segundo Ejército con más efectivos de la OTAN, impone, pero en Grecia, miembro también de la Alianza Atlántica, pesa aún más la tradicional doctrina de aislamiento que ve enemigos por todas partes.

Durante más de dos décadas, no ha compartido fronteras con ningún país de la UE, de la que forma parte desde 1981. Hasta la incorporación de Bulgaria en 2007, Grecia era, para la mayoría de su opinión pública, una isla de Europa -es decir, de democracia, de civilización- en la boca del lobo de Oriente.

La ocupación del Imperio Otomano durante más de cuatro siglos y la denominada catástrofe de Asia Menor de 1922, que forzó al exilio a miles de griegos originarios de esa región del oeste de Turquía, son datos muy vivos en el inconsciente colectivo. "Hay cierta precaución en Grecia con respecto a la agenda bilateral en el Egeo, porque las acciones turcas de los últimos meses no están en concordancia con las cordiales manifestaciones de Erdogan", señala Thanos Dokos, director del think tank Fundación Helénica para la Política Exterior y Europea. "Es posible que esas acciones sean obra del Ejército, sin autorización política. No estoy cuestionando la sinceridad de las palabras de Erdogan, sino su capacidad para mantener bajo control al Ejército en este asunto. Hasta que haya acciones turcas concretas y efectivas en el buen camino, Grecia se siente obligada a mantenerse en guardia en el Egeo, con el consiguiente gasto militar".

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