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Reportaje:

Los mexicanos más pobres se quedan sin tortillas

El aumento de precio del maíz importado de EE UU, que se ha disparado un 150%, amenaza con provocar un estallido social

Los mexicanos más pobres no dan crédito a lo que ven. Apenas un mes y medio después de la toma de posesión de Felipe Calderón, el presidente que prometió en su primer discurso emplearse a fondo en la lucha contra la pobreza, se ha disparado el precio de las tortillas de maíz, elemento básico de la dieta popular. Las protestas se han hecho sentir en diversos puntos del país, el tema acapara la atención de los medios informativos y está en boca de todos. El kilo de tortillas, cuyo precio habitual no supera los 7 pesos (0,50 euros), ha llegado a 18 pesos en el Estado de Baja California.

Los dueños de las tortillerías (hay unas 70.000 en todo el país) y de los molinos de nixtamal, donde se muele el maíz para convertirlo en masa con la cual se elaboran las tortillas, juran que no tienen la culpa del aumento de precios. Son los intermediarios, acusan. El año pasado les vendían la tonelada de maíz a 1.400 pesos, y hace unas semanas a 2.200. Hoy no baja de 3.500 pesos la tonelada, es decir, un aumento del 150%.

El presidente Calderón ha movilizado a los miembros del Gabinete económico y al gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, para estabilizar el precio de la tortilla. Es cuestión de tres semanas, ha asegurado el secretario (ministro) de Economía, Eduardo Sojo. Pero el Partido de la Revolución Democrática (PRD), principal partido de la oposición, ya se ha apresurado a pedir la dimisión del ministro "por incapacidad y traición a los mexicanos", y pedirá hoy en el Senado que sea declarado el estado emergencia en México, tanto por el aumento del precio de las tortillas como por la violencia del narcotráfico. Los perredistas han recordado que la alimentación de diez millones de pobres depende de las tortillas de maíz.

Las autoridades mexicanas señalan que el origen del problema está en el aumento de la demanda de maíz para la producción de etanol como combustible en Estados Unidos, primer productor y exportador mundial del grano. A las 110 plantas de etanol en funcionamiento en EE UU se sumarán en los próximos 18 meses otras 63 refinerías en construcción, con lo que algunos analistas pronostican que el vecino del norte no tendrá maíz suficiente para la exportación.

La respuesta del Gobierno mexicano ha sido aumentar el cupo de importación de maíz sin arancel de 650.000 toneladas, procedentes de Estados Unidos y de otras naciones. Los industriales advierten que esta cantidad será insuficiente, ya que representa apenas el 3% de la producción nacional. El diario Milenio hacía ayer el cálculo siguiente: un kilo de maíz permite la elaboración de unas 40 tortillas. De 650.000 toneladas de grano se obtendrán 36.400 millones de tortillas. El consumo medio por persona es de nueve tortillas diarias, lo que significa que los 100 millones de mexicanos comen unos 900 millones de tortillas cada día. La cantidad que el Gobierno ha decidido importar apenas cubrirá 40 días.

Las autoridades han prometido mano dura contra los abusos especulativos -hay más que sospechas de la existencia de partidas de maíz almacenado que no ha salido a la venta- y han creado un sistema para vigilar los precios de las tortillas. Rocío Ruiz, subsecretaria de Industria y Comercio, habla de la necesidad de "un reacondicionamiento productivo" para lograr una mejor distribución y reorganización de la producción de maíz en otras zonas de México. "Nos preocupa que Sinaloa concentre la producción en tiempo y espacio", dice la viceministra. "En dos meses tiene que salir toda la producción, por eso se subsidia la distribución".

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