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Seis militares italianos mueren en un atentado suicida en Kabul

En el ataque contra un convoy de la OTAN fallecieron 10 civiles afganos

El movimiento de insurgencia de los talibanes sigue golpeando a las fuerzas de la OTAN en Afganistán. Seis paracaidistas italianos murieron ayer y otros cuatro resultaron heridos graves tras un atentado suicida con un coche bomba cargado con 150 kilos de explosivos en Kabul. Los terroristas hicieron estallar el artefacto al paso del convoy de la OTAN en las cercanías de la rotonda Massoud, situada en el barrio de las embajadas y lugar de paso obligado hacia y desde el aeropuerto. El atentado mató además a 10 civiles afganos, causó 60 heridos y dejó graves daños materiales, según informó el Ministerio de Defensa afgano. Se trata del peor ataque sufrido por las tropas italianas después del perpetrado en Nasiriya (Irak), el 12 de noviembre de 2003, cuando murieron 28 personas, 19 de ellas italianos, en la explosión de un camión cisterna.

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El atentado fue inmediatamente reivindicado por los talibanes, y según dijeron fuentes de los rebeldes a la cadena Al Yazira, fue ejecutado "para demostrar que nadie puede considerarse seguro en Afganistán". Fuentes locales recordaron que en esa misma rotonda se habían producido antes otros atentados mortales contra fuerzas de la OTAN. Desde las discutidas elecciones del pasado 20 de agosto, las fuerzas internacionales no han conseguido atajar los atentados y las bajas.

El convoy italiano estaba formado por 10 militares que viajaban en dos vehículos de transporte Lince. El general Massimo Fogari, del Estado Mayor, explicó que los Lince trasladaban personal de escolta desde la base italiana en las afueras de Kabul hacia el centro de la capital, y que ambos fueron destruidos por la explosión. Los militares fallecidos, de edades comprendidas entre los 26 y los 37 años, pertenecían al 186º Regimiento de Paracaidistas, conocido como La Folgore de Siena, que tiene asignada la zona central de Afganistán.

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La caravana circulaba por las proximidades del palacio presidencial a las 12.10 hora local (09.40, hora peninsular española), minutos antes de que el presidente Hamid Karzai ofreciera una conferencia de prensa en la que pidió respeto al discutido proceso electoral.

El aumento de muertes entre las fuerzas de la OTAN, así como la incertidumbre sobre la validez de las elecciones de agosto, han despertado inquietud entre los aliados de Washington, particularmente en Reino Unido, Francia y Alemania.

El Parlamento italiano guardó un minuto de silencio por las víctimas, y retomó la discusión sobre la continuidad de las tropas en Afganistán. Aunque el ministro del Interior, Roberto Maroni, señaló que retirar las tropas ahora "significaría rendirse a la lógica del terrorismo", con el paso de las horas el Gobierno se mostró dividido.

Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, dijo que espera que las tropas vuelvan "antes de Navidad". Y Silvio Berlusconi enfatizó: "Volverán lo antes posible, pero no solos: no podemos traicionar la confianza de los otros países presentes".

En señal de luto, los sindicatos y la Federación Nacional de Periodistas decidieron posponer la manifestación por la libertad de prensa que habían convocado para el sábado y que había recogido ya 400.000 adhesiones. La decisión de aplazar la protesta fue cuestionada por medios críticos con el Gobierno de Silvio Berlusconi.

Entretanto, el presidente afgano, Hamid Karzai, trató de defenderse de las crecientes sospechas de fraude en las elecciones del 20 de agosto. Karzai pidió una investigación "justa" y "sin prejuicios" de los sufragios, después de que la Unión Europea hiciese público que tiene dudas sobre más del 25% de los votos contabilizados. Al menos tres de cada cuatro de estos sufragios fueron a parar a Karzai.

Un afgano lleva en brazos a su hijo herido en el lugar de la explosión.
Un afgano lleva en brazos a su hijo herido en el lugar de la explosión.AFP

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