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Los millonarios amigos de Putin pierden dos tercios de su patrimonio

295 compañías han sido elegidas por el primer ministro para recibir ayudas

Pilar Bonet

Los multimillonarios rusos han visto menguar sus fortunas por la crisis, pero tratan de conservar sus imperios y tren de vida con la ayuda del Estado. Hasta ahora, el Kremlin se ha mostrado tímido a la hora de plantear a los oligarcas que también ellos deberían apretarse el cinturón. Todos ellos se aprovecharon de su cercanía al Kremlin para enriquecerse, pero pueden alegar en su defensa que actuaron hasta cierto punto como abanderados de la ideología imperante siendo presidente Vladímir Putin: el fortalecimiento internacional de Rusia mediante compras por doquier, desde gasolineras hasta altos hornos.

Esta política, practicada cuando los precios de las materias primas estaban por las nubes, ha llevado a operaciones poco profesionales. En la lista de Putin, un total de 295 compañías que pueden aspirar a ayuda privilegiada del Estado, figuran empresas domiciliadas en paraísos fiscales pertenecientes a multimillonarios rusos.

Derepaska, primera fortuna de Rusia en 2008, es ahora el número ocho
Abramóvich, dueño del Chelsea, acumula pérdidas de 7.100 millones
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La primera clasificación de oligarcas desde que comenzó la crisis -publicada por la revista Finans- indica un encogimiento global de las grandes fortunas. El patrimonio de los 10 primeros multimillonarios rusos en su conjunto suma 75.900 millones de dólares (59.500 millones de euros), pero se redujo en un 66% respecto al año anterior. De los 101 multimillonarios en dólares de 2008 se ha pasado a 49 en 2009, así que 52 magnates han descendido a segunda división.

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La primera la encabeza Mijaíl Prójorov, del grupo Oneksim, con un patrimonio de 14.100 millones de dólares (7.400 millones menos que en 2008). Su golpe de suerte fue vender el paquete de bloqueo de la compañía Norilsk Nikel, una de las grandes productoras de metales del mundo, a Oleg Derepaska, antes de que se desplomaran los precios de los metales. Por motivos económicos o por consejo del Kremlin, Prójorov ha renunciado a comprar un palacete en la Costa Azul valorado en 500 millones de euros, por el que había pagado ya un depósito de 39 millones de euros, según The Times.

Roman Abramóvich se mantiene en segundo puesto con 13.900 millones de dólares y pérdidas de 9.100 millones (13.900 millones de euros y 7.100 millones, respectivamente). El ex gobernador de Chukotka es aficionado al fútbol (Chelsea) y a los yates.

Oleg Derepaska, emparentado con la familia del fallecido Borís Yeltsin, controla las compañías Rusal (El Aluminio de Rusia) y Basovy Element y es la gran víctima de la crisis. Primera fortuna de Rusia en 2008, es ahora el número ocho, con 4.900 millones de dólares (tras perder más de 35.000 millones) y ha tenido que vender sus acciones en la canadiense Magna, fabricante de piezas de automóviles, y en el consorcio alemán Hochtief. Tendrá que devolver las acciones de la constructora austriaca Strabag si no paga un crédito de 500 millones de euros. El Estado socorrió a Derepaska y a Norilsk Nikel con dos créditos, uno de 3.000 millones de dólares concedido por Vnezhtorgbank y otro, de 4.500 millones, por Vneshekonombank (VEB), para ayudarle a devolver el crédito internacional con el que costeó las acciones de Norilsk Nikel.

El VEB recibió 50.000 millones de dólares del Estado para ayudar a las empresas con deudas internacionales. Las solicitudes superan esa cifra. Las autoridades son cada vez más calculadoras, a medida que el dinero se escurre entre sus manos. El viceprimer ministro, Igor Sechin, ha dicho que Rusal no ha agotado todas las posibilidades de resolver sus problemas y que el Estado tiene que velar también por otros.

Tras el metalúrgico Vladímir Lisin, con 7.700 millones de dólares, sigue Vagit Alekpérov, presidente de la petrolera Lukoil, en cuarto lugar con 7.600 millones de dólares (5.900 menos que en 2008). Su vicepresidente, Leonid Fedún, está en el puesto 11, con 4.500 millones de dólares. Lukoil ha recibido un crédito del VEB para pagar la red de gasolineras que adquirió en Turquía por 555 millones de dólares.

En el décimo, está Alisher Usmánov, del holding Metalloinvest, un uzbeko que muestra gran sintonía con Serguéi Chémezov, veterano del KGB y allegado a Putin, que hoy dirige el consorcio estatal Rostecnologia. Las deudas de Usmánov y Metalloinvest se calculan en 3.500 millones y 5.000 millones de dólares, respectivamente. Metalloinvest está en la lista de Putin y Usmánov sigue comprando acciones del club de fútbol británico Arsenal.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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