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La muerte de Yeltsin abre a Putin una oportunidad para mejorar su imagen

El presidente alaba la aportación de su antecesor a una "Rusia nueva y democrática"

Pilar Bonet

La muerte del primer presidente de Rusia, Borís Yeltsin, abre ante su sucesor, Vladímir Putin, dos oportunidades. La primera es la de reafirmar su compromiso con los valores democráticos proclamados por el anterior líder. La segunda es la de reducir aún más las libertades, que el Kremlin ha recortado en los últimos años. A causa de los funerales del ex jefe del Estado, que se celebran hoy en Moscú, y la jornada de luto declarada al efecto, Putin ha retrasado hasta mañana su tradicional discurso sobre el estado de la nación, que debía haber pronunciado hoy ante las dos cámaras del Parlamento.

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Justamente en una ocasión semejante, el 25 de abril de 2005, Putin hizo un balance muy negativo de la política de su antecesor, aunque sin mencionarlo por su nombre. La desintegración de la URSS fue "la mayor catástrofe política" del siglo XX y un "verdadero drama para los rusos", dijo entonces.

Su caracterización de la época de Yeltsin incluía la devaluación de los ahorros de los ciudadanos, la "destrucción de los antiguos ideales" y la "capitulación" del Estado ruso ante la "intervención" terrorista en Chechenia, es decir, el acuerdo entre el Kremlin y los independentistas en agosto de 1996 que prácticamente daba la independencia a aquella región caucásica.

Aquel balance crítico contrasta con el lenguaje empleado por Putin varias horas después de la defunción de Yeltsin, al que caracterizó como un "valiente líder nacional". Putin vinculó a este político con el nacimiento de una "Rusia nueva y democrática" y un "Estado libre y abierto al mundo", en el que "el poder pertenece verdaderamente al pueblo". "La fuerza del primer presidente de Rusia", dijo, "residía en el apoyo a sus ideas y anhelos por parte de los ciudadanos de Rusia". "Gracias a la voluntad y la iniciativa de Borís Yeltsin se adoptó una nueva Constitución, que proclamaba los derechos humanos como supremo valor" y que "abrió a la gente las posibilidades de expresar su opinión libremente, de elegir libremente a las autoridades del país y de realizar sus planes creativos y empresariales", además de permitir "por primera vez comenzar a construir una federación real y eficaz".

Antes de que Putin se expresara en público el lunes, los políticos del partido progubernamental Rusia Unida evitaban pronunciarse y muchos habían desconectado los teléfonos, según afirman periodistas que no lograron obtener una reacción inmediata a la defunción en medios parlamentarios.

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Ayer, el diario Kommersant afirmaba que en siete años Putin ha demostrado que "la vuelta al pasado es posible", en contra de lo que pronosticó Yeltsin al transferirle el poder en diciembre de 1999, ya que con el actual presidente "se abolieron las elecciones de gobernadores, se hicieron más severos los procedimientos electorales, se limitaron muchos derechos de los ciudadanos y prácticamente todos los medios de información influyentes pasaron al control del Estado".

Varios rusos se congregan en el interior de la catedral de Cristo Redentor, en Moscú, donde estaba instalada la capilla ardiente del ex presidente Borís Yeltsin.
Varios rusos se congregan en el interior de la catedral de Cristo Redentor, en Moscú, donde estaba instalada la capilla ardiente del ex presidente Borís Yeltsin.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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