El narcotraficante 'enganchado' a 'Hello Kitty'

Juan Carlos Ramírez Abadía, alias Chupeta, narcotraficante colombiano capturado el pasado verano en Brasil y ahora en proceso de extradición a Estados Unidos, guardaba en su lujosa residencia de Sao Paulo una importante colección de artículos y prendas de la dulce gatita de ficción Hello Kitty, icono de miles de niñas de todo el mundo. Al parecer, además de ser una de las debilidades de su esposa, el famoso personaje de estética japonesa le servía al capo para enviar desde su correo electrónico mensajes codificados a sus contactos en Colombia.

Capturado y en prisión el Chupeta, ahora su colección de Hello Kitty forma parte de una subasta de 3.000 artículos personales del narcotraficante, entre ellos sus calzoncillos, que se abre este miércoles en Brasil. El Jockey Club de Sao Paulo informa en un comunicado de que los bienes personales del narcotraficantes, tras una autorización judicial, serán subastados y vendidos con carácter benéfico y la recaudación será destinada a instituciones filantrópicas de la ciudad.

La institución ha montado un bazar para la venta de los artículos que no serán subastados, entre ellos 260 pares de zapatos femeninos y 170 masculinos, 20 televisores de plasma, ropa masculina y femenina, 59 gafas de sol femeninas, electrodomésticos y bicicletas, entre otros. Para la subasta se han reservado una lujosa nevera importada, una colección de relojes Rolex, lapiceros de marca y dos automóviles, entre otros.

Los bienes fueron confiscados en una lujosa residencia de Sao Paulo, donde el pasado 7 de agosto Ramírez Abadía y su esposa, también de nacionalidad colombiana, fueron detenidos en la denominada Operación Harapos de la policía federal brasileña. En aquel momento se descubrió que el Chupeta había remodelado su rostro con cirugía estética (nuevos pómulos, nuevo mentón, nuevos ojos) para esquivar a la policía, aunque finalmente no pudo evitar ser capturado.

Ramírez Abadía, capo del cartel del Norte del Valle, era el narcotraficante más buscado por las autoridades de Estados Unidos, país que ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por su captura. Su extradición fue aprobada por el Tribunal Supremo de Brasil el pasado 13 de marzo y la orden está a la espera de la autorización final del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.