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Caos aéreo en Europa

La nube llega al sur de Europa

El impacto de las cenizas se prolongará durante las próximas 24 horas - El colapso cuesta a las compañías aéreas unos 150 millones de euros diarios

La nube de ceniza del volcán islandés Eyjafjalla continúa su imparable avance hacia el sur, este y sureste de Europa estrangulando a su paso el espacio aéreo, colapsando de rebote el transporte ferroviario y sumando miles de millones de euros en pérdidas. Esta expansión, que ayer obligó a suspender miles de vuelos en 23 países, llegó a España, donde fueron cerrados siete aeropuertos (Asturias, Santander, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona y Logroño) durante una hora. La previsión es que la ceniza entre hoy en la vertical de Cataluña, ocupe el golfo de León casi hasta las islas Baleares y mantenga su rumbo, dada la estabilidad atmosférica. Ayer fueron cancelados 17.000 de los 22.000 vuelos previstos en Europa. Cientos de miles de pasajeros pugnan por lograr transportes alternativos.

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Eurocontrol, la agencia que gestiona el tráfico aéreo en Europa, anunció en un comunicado de las 10.30 que "las previsiones indican que la nube de ceniza volcánica va a continuar y que su impacto se prolongará al menos durante las próximas 24 horas". Un comunicado vespertino obviaba la referencia cronológica, pero la gráfica de la evolución para las 08.00 horas de hoy dibujaba en trazo rojo un polígono irregular que por primera vez entraba en España por Cataluña y hacía un quiebro hasta casi tocar las Baleares, antes de consolidarse sobre una línea que corría hacía el Este atravesando el norte de Italia, la parte septentrional de los Balcanes y llegaba hasta Rusia vía Ucrania.

Las autoridades de los distintos países europeos anunciaban cierres de sus espacios aéreos a corto plazo, con las autoridades francesas clausurando los aeropuertos en todo el sur a las 20.00, pero las compañías aéreas eran menos detallistas. Ryanair, líder continental en vuelos de bajo coste, fue la más realista y anunció que cancelaba todos sus vuelos con origen o destino en países del norte del continente hasta las 14.00 del lunes. Los aeropuertos de París y del norte de Italia seguirán cerrados hasta el lunes, mientras que British Airways limitaba la paralización de sus operaciones europeas hasta el domingo.

Brussels Airlines, la compañía belga, decidió repatriar en autobús a pasajeros bloqueados en Milán, Barcelona, Málaga, Lisboa, Copenhague y Atenas, en señal de que espera que la situación pueda prolongarse varios días. Es más económico hacer concluir la odisea a los viajeros extraviados que hacerse cargo de su alimentación y hospedaje, como exige la legislación europea.

"Bélgica se libera poco a poco de la nube, pero la contaminación sigue siendo bastante extensa, desde Reino Unido a Rusia", comentó un portavoz gubernamental belga. "Como no hay ni lluvia ni viento, se mueve muy lentamente". Junto a las decenas de miles de viajeros atormentados por la ausencia de escapatoria estaban los ministros europeos, comisarios y otros altos responsables de las finanzas comunitarias que asistieron en Madrid al Ecofín (Consejo de Ministros de Finanzas de la UE), para quienes algunos hoteles planteaban salidas de oro. Un hotel de lujo donde se alojaban algunos de ellos ofrecía un coche con conductor hasta Bruselas "por 4.000 euros".

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El transporte continental vive una situación que evocaba la que sufrió EE UU con motivo de los atentados del 11-S, con trenes saturados, coches de alquiler desaparecidos del mercado y viajeros buscando a la desesperada cómo volver a casa. El cierre del espacio aéreo de Estados Unidos duró entonces tres días y el de Europa entra hoy ya en su cuarto.

"Nunca ha habido nada parecido", comentaba ayer un portavoz de la línea aérea alemana Lufthansa, la mayor de Europa, que no tiene un solo avión volando por el mundo. El peligro para los aviones deriva de que la nube de gases y cenizas puede paralizar los motores y, como dice Joe Sultana, subdirector del centro que gestiona el flujo aéreo en Eurocontrol, "no hay derogaciones en las medidas de seguridad". De ello se deduce que la parálisis en los vuelos seguirá por tiempo indefinido, hasta que la situación cambie.

Aun en el caso de que los cielos se vuelvan a abrir en los próximos días, se tardará en recuperar la cadencia rutinaria, como recordó ayer el secretario francés de Transportes, también asediado por una huelga de los ferrocarriles galos. "Cuando los aviones puedan volver a volar, habrá que trasladar a los pasajeros y habrá también el problema de los aviones y las tripulaciones, con las consiguientes rotaciones", apuntó Dominique Busserau.

En Alemania, la federación de compañías aéreas ha pedido que se suspendan durante una semana las restricciones a los vuelos nocturnos para acelerar ese proceso de normalización. La actual crisis les cuesta a las compañías en torno a 150 millones de euros diarios.

El Eyjafjalla, mientras tanto, sigue expulsando gases y cenizas, aunque con menos vigor que hace unos días. La columna que llegó hasta los 11 kilómetros de altura, ayer oscilaba entre los cinco y los ocho. "La erupción puede seguir así durante mucho tiempo", declaró un geofísico de la oficina meteorológica islandesa.

Un viajero contempla un panel que anuncia la cancelación de numerosos vuelos en el aeropuerto Roissy Charles de Gaulle, cerca de París.
Un viajero contempla un panel que anuncia la cancelación de numerosos vuelos en el aeropuerto Roissy Charles de Gaulle, cerca de París.AFP
Un marino de la Armada británica mira a los pasajeros mientras suben al buque HMS Albion en Santander. Londres ha movilizado a su Armada para transportar a los británicos que se han quedado retenido en Santander por el cierre del espacio aéreo.
Un marino de la Armada británica mira a los pasajeros mientras suben al buque HMS Albion en Santander. Londres ha movilizado a su Armada para transportar a los británicos que se han quedado retenido en Santander por el cierre del espacio aéreo.REUTERS

Países afectados

A los 16 países que cerraron el viernes el espacio aéreo se sumaron ayer otros cuatro. También aumentó la lista de países que han cerrado algunos aeropuertos. Los vuelos cancelados llegaron a 15.000, de los 22.000 previstos. El viernes fueron 17.000, el 60% del total. Las cancelaciones también afectaron al transporte de mercancías. Muchos pasajeros buscan vías alternativas por mar y tierra.

- Espacio aéreo cerrado. Austria, Bélgica, Bosnia, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Alemania, Hungría, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Holanda, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia, Suiza, Ucrania, Reino Unido.

- Cierres parciales.

Croacia: espacio aéreo en el noroeste del país.

Francia: cerrados los aeropuertos del norte, incluido París.

Italia: los aeropuertos del norte permanecerán cerrados hasta el lunes.

Otros cierres parciales se han registrado en España, Noruega, Grecia, Lituania, Bielorrusia, Noruega, Serbia.

- Vuelos sin restricciones

Bulgaria, Turquía.

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