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La nueva diplomacia británica se estrena en Washington

Afganistán centra la primera reunión de Hague y Clinton

Los gestos son importantes y el nuevo Gobierno británico ha dejado claras sus prioridades diplomáticas. El primer viaje del nuevo ministro de Exteriores, William Hague, no ha sido ni a Bruselas ni a Berlín ni a París: el viernes se entrevistó en Washington con su homóloga estadounidense, Hillary Clinton. Afganistán dominó la agenda de este encuentro y Hague le transmitió a Clinton el compromiso británico de mantener allí sus tropas "hasta que sea necesario".

El primer ministro, David Cameron, ya dejó claro el atlantismo del nuevo Gobierno conservador, en coalición con los liberal-demócratas, cuando la primera llamada de felicitación que aceptó nada más llegar a Downing Street fue la del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Los conservadores no sólo son un partido abiertamente proamericano, sino abiertamente antieuropeo. Las relaciones con la UE prometen ser uno de los elementos más delicados de la coalición.

Acuchillado un ex ministro laborista en su despacho electoral en Londres

Los acuerdos firmados por ambos partidos se han visto marcados por las posiciones conservadoras en materia europea. Uno de los aspectos potencialmente más conflictivos del programa electoral tory, la exigencia de repatriar una serie de poderes transferidos a Bruselas, no ha desaparecido, pero se ha suavizado de manera que da la impresión de que Cameron intentará la pirueta de evitar conflictos sin renunciar expresamente a esa aspiración. El texto deja las cosas en un ambiguo "examinaremos las actuales competencias de la UE y, en particular, trabajaremos para limitar la aplicación en Reino Unido de la directiva de tiempo de trabajo".

Durante la campaña electoral, el líder de los liberal-demócratas y comprometido europeísta, Nick Clegg, dio por enterrada la famosa relación especial entre Estados Unidos y Reino Unido. Los conservadores, sin embargo, sí creen en esa relación especial, aunque esperan que esta sea menos dependiente de lo que fue bajo el Gobierno laborista, sobre todo en tiempos de Tony Blair.

William Hague ha prometido "una relación sólida pero no esclava" con Washington: "Es indudable que no podemos estar de acuerdo en todo, pero sigue siendo el socio indispensable de este país en asuntos de inteligencia, cuestiones nucleares, diplomacia internacional y en lo que estamos haciendo en Afganistán".

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Por otra parte, el diputado laborista Stephen Timmis, ex ministro (secretario de Estado en el organigrama español) del Tesoro en el Gobierno saliente, fue acuchillado ayer en el estómago mientras asistía a su habitual reunión semanal con votantes en Newham, en su circunscripción de East Ham (este de Londres). Timmis está hospitalizado pero su vida no corre peligro. Una mujer de 21 años fue detenida. Timms fue reelegido el 6 de mayo con el 70% de los votos. En 2000 fue herido en parecidas circunstancias el diputado liberal-demócrata Nigel Jones.

Clinton, junto al británico William Hague, ayer en Washington.
Clinton, junto al británico William Hague, ayer en Washington.AFP

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