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La nueva estrategia de la OTAN pone fin a la guerra fría con Rusia

El organismo afrontará las nuevas amenazas con el Kremlin como socio preferente

Natalia Junquera

La OTAN se reinventa. Sus miembros discutirán mañana en Lisboa un nuevo concepto estratégico que se aprobará el sábado y marcará la acción de la Alianza durante la próxima década. Durante más de un año y por encargo de su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, Madeleine Albright, ex secretaria de Estado de EE UU, ha debatido la nueva estrategia con un grupo de 12 expertos de distintos países (entre ellos un embajador español en misión especial) y perfiles (políticos, militares, analistas y miembros de ONG). El sábado la OTAN dejará definitivamente atrás el fantasma de la guerra fría y proclamará a Rusia como socio preferente. La nueva Alianza quiere además ser más política y barata. Estas son algunas de las líneas maestras de esa nueva estrategia, a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

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- Rusia, nuevo socio preferente. "Los estadounidenses dentro, los rusos fuera, y los alemanes bajo control". La frase, atribuida a Lord Ismay, el primer secretario general de la OTAN, describía los objetivos de la Alianza en el momento de su creación. A partir del sábado, Moscú pasará a ser un cooperador necesario. La OTAN necesita a Rusia, sobre todo, para desarrollar una nueva estrategia de disuasión nuclear, pero también para luchar contra el terrorismo, el tráfico de drogas, el crimen organizado, la piratería en el Índico y para la estabilidad de Afganistán.

"No podemos seguir viviendo en clave de guerra fría", apunta una fuente militar española conocedora del documento que se aprobará el sábado en la cumbre de Lisboa. Países como España, Francia, Alemania e Italia habían pedido una relación "más constructiva" con Moscú y, pese a los recelos de algunos miembros, así será.

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- Menos defensa, más seguridad y más política. Las nuevas amenazas.

Los principios clásicos de defensa del territorio de la Alianza quedaron sepultados bajo las Torres Gemelas de Nueva York, derrumbadas el 11 de septiembre de 2001. El nuevo enemigo es capaz de atacar el territorio OTAN desde fuera de sus fronteras (guerra cibernética) o con la determinación de morir matando (terrorismo yihadista). La Alianza fijará como nuevas amenazas y riesgos emergentes los Estados fallidos, el terrorismo internacional, los ciberataques, la proliferación de las armas de destrucción masiva, el crimen organizado, el tráfico de personas, drogas y armas y la protección de las rutas energéticas. Es decir, su estrategia se aleja del concepto de defensa y se acerca al de seguridad.

El documento también analiza el riesgo de la pobreza como foco de inseguridad, y la gestión de crisis, incluidas las humanitarias. "Cuando la OTAN actúa en Afganistán o cuando intervino tras el terremoto de Cachemira en 2005 lo hacía, en realidad, en un limbo doctrinal, porque su concepto estratégico no lo contemplaba. A partir de ahora, sí", explican las mismas fuentes.

La OTAN no quiere limitarse a la defensa sino contribuir a la resolución política de determinadas situaciones antes de que se conviertan en amenaza para la seguridad aliada. El año que viene diseñará una guía política. Desaparecerán los antiguos límites geográficos de actuación, pero ganan importancia otros de legalidad y legitimidad ligados a Naciones Unidas.

- Más barata: drástica reducción de plantilla. La OTAN tiene actualmente en plantilla a unas 13.000 personas y el nuevo concepto estratégico pretende que sean menos de 10.000. Se reducirán agencias (de 14 a tres), centros y comités en todos los países miembros, que deberán enviar menos oficiales a los cuarteles generales internacionales.

- Una organización militar con capacidad civil. La OTAN se ha dado cuenta de que la defensa militar no es suficiente para hacer frente a las nuevas amenazas. Por eso ha diseñado un concepto de seguridad más amplio, en el que se combine la acción militar con la diplomacia, la cooperación al desarrollo y las labores de inteligencia. Es decir, la OTAN tendrá una pequeña capacidad civil.

- Seguridad cooperativa. La nueva OTAN buscará la cooperación de actores no aliados para eventuales intervenciones, así como para la formulación de políticas aliadas. La Alianza quiere profundizar la relación con la Unión Europea -21 aliados son miembros de la UE- para ser más práctica y abaratar costes, por ejemplo, de equipamiento para operaciones, cuando ambas tengan misiones en el mismo lugar, como ocurre en el Índico o en Afganistán. La idea es que para estos casos la OTAN y la UE desarrollen juntas las necesidades de la operación en cada una de las fases ahorrando dinero y evitando duplicidades.

Al igual que con la UE, la Alianza también impulsará su relación con el foro político conocido como Diálogo por el Mediterráneo, en el que participan Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Marruecos, Mauritania y Túnez. Este foro ha favorecido la participación de tropas de estos países no aliados en operaciones dirigidas por la OTAN, fundamentalmente en los Balcanes. El refuerzo de la relación de la Alianza con el Diálogo por el Mediterráneo era una de las principales propuestas de España al nuevo concepto estratégico. También se reforzarán otros programas de cooperación con la Unión Africana (ante la amenaza del Sahel) y países como Nueva Zelanda, Australia y Japón, grandes contribuyentes de tropas a operaciones.

Más información en la página 10

Soldados estadounidenses se protegen de la arena levantada por un helicóptero en Kandahar.
Soldados estadounidenses se protegen de la arena levantada por un helicóptero en Kandahar.REUTERS

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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