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La nueva investigación sobre el asesinato de Politkóvskaya se convierte en farsa

La fiscalía rusa vuelve a acusar del asesinato de la periodista opositora al Kremlin al oligarca Borís Berezovski, exiliado en Gran Bretaña por su oposición al régimen de Putin

El pretendido gran progreso en el caso de Anna Politkóvskaya, la periodista opositora al Kremlin asesinada en 2006, se está convirtiendo en una simple farsa: nuevamente la fiscalía trata de acusar del crimen al oligarca Borís Berezovski, que tuvo que emigrar a Gran Bretaña debido a su oposición al régimen de Vladímir Putin.

La policía había anunciado a bombo y platillo el arresto, a fines del pasado mes de agosto, del exteniente coronel de la policía Dmitri Pavliuchénkov, a quien acusaba de ser el organizador del crimen, dejando como ejecutores a los antiguos sospechosos, que fueron absueltos en febrero de 2009 por falta de pruebas.

En aquel juicio, Pavliuchénkov había participado en calidad de testigo, pero cuando lo detuvieron en agosto ya lo acusaban de haber sido el organizador del crimen, y de haber dado al presunto homicida, Rustam Majmúdov, una pistola con silenciador, además de dinero.

Sin embargo, el «punto de inflexión» en la investigación, anunciado a raíz del arresto de Pavlichénkov, al poco tiempo resultó ser falso: al exteniente coronel ya no la acusan de ser el organizador del asesinado de Politkóvskaya. Y todo gracias a que empezó a colaborar con la fiscalía, declarando lo que esta queria, concretamente que es el magnate Borís Berezovski uno de los que está detrás del crimen que acabó con la vida de la periodista de Nóvaya Gazeta.

Estos no son los primeros esfuerzos que hace la fiscalía rusa para implicar al magnate, quien en su tiempo fue el cerebro que estuvo detrás del 'proyecto Putin', que llevó a este a la presidencia de Rusia, pero después se enfrentó a su régimen. En 2008 el fiscal Dmitri Dovgui declaró que estaba «profundamente convencido» de que el que había pagado por asesinar a Politkóvskaya era Berezovski. Y Serguéi Jadzhikurbánov, uno de los acusados en el anterior juicio, declaró hace dos años que los que llevaban la investigación lo habían presionado para que testificara en contra del multimillonario y, a cambio, prometían retirar las acusaciones en su contra.

Anna Stavítskaya, abogada de la familia Politkóvskaya, comentó ayer que la nueva acusación «es una tontería». «Decir todo el tiempo que Berezovski es el culpable de todo, es, como mínimo, absurdo», señaló.

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El problema es que, según la abogada, culpar al magnate puede ser también dañino para dilucidar el caso. «Todos saben que el apellido Berozovski provocará una carcajada homérica general; me refiero a su implicación en este crimen, porque, como ya he dicho, hace muchos años que tratan de meterlo en este caso, pero por el momento no consiguen que les resulte. Por eso, la divulgación de las declaraciones de Pavlichénkov sobre el presunto papel de Berezovski puede disminuir en gran medida la confianza de los miembros del jurado, de los periodistas, etc., hacia otras de sus declaraciones, lo que puede ser negativo en el caso de que estas otras sean verdaderas y puedan verter luz sobre el asesinato».

Politkóvskaya se distinguió por desenmascarar y divulgar los abusos, torturas, desapariciones y asesinatos cometidos en Chechenia tanto por los rusos como por los hombres de Ramzán Kadírov, el actual dirigente de esa república norcaucásica que forma parte de la Federación Rusa.

De este la valiente periodista había dicho que era un cobarde asesino y que soñaba con «sentarlo en el banquillo de los acusados» para que «investiguen todos sus crímenes». De ahí que algunos defensores de derechos humanos piensen que detras del asesinato está precisamente Kadírov, aunque el siempre lo haya negado.

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