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El nuevo jefe de la Policía Militar de Río de Janeiro refuerza las patrullas callejeras

1.000 policías más patrullarán las calles de la ciudad para combatir la violencia

El rostro de Río de Janeiro, corazón del turismo nacional e internacional de Brasil, cambiará a partir del próximo lunes: alrededor de 1.000 policías más patrullarán las calles de la ciudad, una de las más bellas pero también de las más violentas del mundo. Lo acaba de anunciar el nuevo comandante de la Policía Militar de Río, el coronel Mário Sérgio Duarte, que ha tomado posesión cargado de buenas intenciones.

Duarte es consciente de que ha asumido la seguridad en un momento crítico y delicado. Tendrá que enfrentarse al aumento, año tras año, del número de ataques a transeúntes: en la última década, el número de asaltos en pleno día y en plena calle se ha quintuplicado, según datos oficiales de la misma policía.

"Quiero devolver a la Policía Militar el papel de policía visible y ostensiva", dijo el nuevo jefe de la misma. Desea también que la institución se convierta en una "estructura de servicio público" y quiere que los policías innecesarios en servicios burocráticos dentro de los cuarteles salgan a trabajar en las calles.

En la nueva gestión de vigilancia de la ciudad, Duarte, considerado un experto en materia de seguridad, ha declarado una guerra sin cuartel a los malos policías, a los corruptos que se relacionan con los trafricantes de droga y a los que abusan de su poder en las favelas en busca de narcotraficantes para llevar a cabo ejecuciones sumarias, en muchas ocasiones de inocentes, como acaba de denunciar la fiscalía, que ha acusado de dicho delito a 30 policías militares.

Los comandantes de los batallones que deberán enfrentarse con los narcotraficantes en las favelas, a veces equipados con armas más modernas que las de la propia policía, van a recibir un intensivo curso de reciclaje durante 15 días. "No me atrevo a decir que voy a modernizar de la noche a la mañana la cultura del cuerpo, pero lo cierto es que la historia no puede encorsetar a la policía", dijo Duarte en su toma de posesión.

La policía brasileña y concretamente la de Río de Janeiro está considerada como una de las que más mata del mundo -cuatro veces más que la estadounidense, por ejemplo-, pero también es la peor pagada y la peor preparada para enfrentarse con los violentos. No hace mucho, algunos de los policías que actúan en la calle denunciaron en la televisión, con la cara cubierta, que patrullan con mucho miedo, a veces sin saber muy bien cómo usar las armas que les entregan.

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Y también es una de las policías más corruptas de América Latina. El coronel que acaba de tomar las riendas de sus efectivos quiere limpiar la cara de una de las instituciones menos valoradas y más temidas por la población civil. Se da la paradoja de que en las favelas los ciudadanos suelen tener más miedo de la policía que de los propios traficantes de droga.

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