_
_
_
_
_

Los nuevos 'muros' del siglo XXI

Intelectuales y políticos analizan en un seminario convocado por Gorbachov el paso desde la bipolaridad de la guerra fría a la multipolaridad y la crisis económica global.- Felipe González acusa a la UE de "mirarse el ombligo"

Pilar Bonet

Europa no ha aprovechado bien las oportunidades ofrecidas por la caída del muro de Berlín y corre el riesgo de quedarse marginada ante los nuevos retos globales surgidos y acumulados durante dos décadas. Este temor fue expresado por varios representantes europeos el 9 y 10 de octubre en un seminario organizado por The World Political Forum (WPF) en Bosco Marengo (Italia) con ocasión del 20 aniversario de aquel suceso para analizar las consecuencias del fin de la guerra fría desde la perspectiva de un mundo global y en crisis económica. WPF es una entidad internacional fundada por el ex presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov, artífice de la perestroika o reforma y promotor de la filosofía de la "casa común europea" en los años ochenta del pasado siglo.

Bajo las bóvedas de un convento en restauración, intelectuales de varios continentes analizaron el proceso que va de la bipolaridad que dividía al continente europeo durante la guerra fría a la dispersión multipolar por el planeta. Sonaron historias de éxito como la de China, de fracaso como la de Rusia, y se esbozaron promesas, como las de Latinoamérica y las del presidente de EE UU, Barack Obama, según sintetizó Andréi Grachov, ex portavoz de Gorbachov y presidente del Comité Científico del WPF. "El capitalismo", dijo Grachov, "fue muy rápido en declarar su victoria y ahora está en crisis y necesita una reforma o una perestroika".

El muro de Berlín fue destruido, pero en el mundo actual hay otros muros. Entre los visibles, Marek Halter, superviviente del guetto de Varsovia, ha contado 24, desde Israel a México. Entre los invisibles, la africana Aminata Traorè, ex ministra de Cultura de Malí, sitúa el espacio Shengén y el Producto Interno Bruto.

La falta de preparación de la élite política mundial ha hecho que se hayan disipado las ilusiones y se hayan perdido oportunidades en un mundo que hoy es más inseguro que en el pasado para millones de personas, señaló Gorbachov en un texto leído por Grachov, ya que, por motivos de salud, el ex presidente soviético tuvo que interrumpir la gira europea iniciada con motivo del aniversario. En Bosco Marengo sí estuvo, en cambio, Felipe González, el ex jefe del Gobierno español, según el cual "estamos ante una crisis global y sistémica con la paradoja de que no hay alternativa al sistema", pues las que se ofrecen hoy "son utopías regresivas, aventuras que no han dado un buen resultado" y que "reinventan el socialismo" en Latinoamérica. González se mostró escéptico sobre los efectos terapéuticos de la crisis: "Lo que tenemos es reformable, pero la reforma tiene que ser profunda, y creo que esta crisis, incluso en su gravedad, no va a producir las reformas que necesitamos. El G-20 de Pittsburgh no indica que se estén tocando elementos esenciales para la reforma", señaló, para explicar que, bajo la etiqueta del G-20, había contado hasta 34 líderes, de los cuales diez eran europeos que "se olvidaron de poner la palabra Europa en el comunicado final del G-20". González afirmó que el sistema financiero se ha hecho más opaco y apuntó las contradicciones. "Si Europa no acepta la primera directiva que trata de crear un marco regulatorio para las instituciones financieras en Europa, ¿cómo va a proponer al G 20 un marco regulatorio razonable para que este casino financiero global se ordene y se haga previsible?".

"Hoy por hoy", dijo, "el unilateralismo norteamericano no ha sido sustituido por un multilateralismo, sino por un regionalismo". "Los europeos estamos mirándonos el ombligo de lo bien que lo hicimos en los últimos 50 años, no de lo bien que lo vamos a hacer en los próximos 30." "Europa ve el futuro como algo que no puede mejorar el pasado. Asia ve el futuro como algo que va a mejorar el pasado", opinó. "Europa es víctima de sus miedos y de la defensa de sus privilegios", dijo, a su vez, Massimo D, Alema, ex ministro exteriores de Italia, que constató: "ya no somos el patrón del mundo", pero tras el fracaso del modelo hegemónico, con Obama la "potencia norteamericana se pone al servicio del multilateralismo".

Por su parte el historiador británico Eric Hobsbawn habló de la necesidad de prioridades sociales y morales y manifestó que el sur y este de Europa se deslizan por un terreno de "retraso, balcanización y corrupción". Según él, las sociedades poscomunistas han subordinado la justicia y el bienestar social a la dictadura del PIB y necesitarán varias décadas para insertarse en un nuevo marco. Por su parte, el historiador ruso Yuri Afanásiev se refirió a la "agonía" de Rusia, -entre un tradicionalismo arcaico y las exigencias de modernización-, y opinó que en su país no hay fuerzas sociales capaces de resolver el dilema.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Nuevos protagonistas

Al pesimismo europeo y ruso se contrapuso el optimismo chino. "Creemos que el futuro será mejor", dijo Jianmin Wu, vicepresidente del Instituto de Estrategia y Gestión de China. Tras constatar que el centro de gravedad mundial se ha trasladado del Atlántico al Pacífico y la interdependencia de EEUU y China, Wu afirmó que el modo de vida actual, inventado por Occidente, tiene que cambiar. "Europa no puede competir con China", dijo Wu, para quien los 20 años pasados después de caída del muro muestran que no existe un modelo universal. Para Wu, el XIX fue el siglo de Europa, el XX fue de EE UU y el XXI tendrá nuevos protagonistas y los europeos, tanto gobiernos como empresas, tendrán que adaptarse y "ampliar su horizonte", si no quieren tener grandes dificultades. Por el momento "están asustados de las reformas y no quieren cambios". Por su parte, el sociólogo Aurelio Alonso, de Cuba, pasó revista a las enormes dificultades que la caída del muro y la desintegración del sistema socialista causaron a su país, que permaneció solitario en un mar tormentoso hasta encontrar un nuevo marco de inserción regional en Latinoamérica.

Otro representante de Rusia, el economista y político Grigori Yavlinski, atribuyó la crisis económica a la crisis política y distinguió entre multipolaridad y diversidad. "Los valores son universales. Se pueden buscar por distintos caminos, pero el resultado es vida y libertad", dijo. El brasileño José Dirceu de Oliveira e Silva, ex jefe de Gabinete del presidente Lula da Silva, planteó a EE UU preguntas que hacen referencias a otros muros, tales como ¿hasta cuándo el bloqueo de Cuba? y ¿hasta cuándo la base de Guantánamo?.

Sobre el premio Nobel de la Paz concedido a Obama, hubo opiniones sobre si su efecto será positivo o negativo para el homenajeado. Para González, "la intención y orientación de Obama merecen un Nobel de la Paz, pero si fuera de literatura diría que aún no se ha publicado la novela, por tanto me parece un tanto prematuro, si hubiéramos tenido la paciencia no oportunista de esperar un par de años tal vez le hubieran dado el premio por un acuerdo israelo-palestino o un acuerdo de inserción de Irán en la comunidad internacional".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_