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La oposición siria rechaza el diálogo con el régimen

El Gobierno de El Asad organiza un encuentro con disidentes en Damasco

El Gobierno de Siria volvió a tender la mano ayer a la oposición. Pero la mano está manchada con la sangre de 1.300 civiles muertos y el arresto de 12.000 personas desde que empezaron las revueltas, según denuncian diversos grupos humanitarios. El régimen ha dicho que no queda más remedio que dialogar, que no hay ni puede haber otro camino. Y a tal efecto convocó dos días de conversaciones en Damasco, a las que según el vicepresidente sirio, Faruk al Chara, asistieron unas 200 personas. "En estos momentos no hay más remedio que el diálogo", señaló Al Chara. "[La alternativa] Es un derramamiento de sangre, una sangría económica y la autodestrucción".

Los principales representantes de la oposición esgrimieron varios requisitos antes de sentarse frente al Gobierno: que se retire el Ejército de las ciudades que aún tiene tomadas y que libere a los miles de presos políticos, algunos de los cuales llevan lustros encarcelados.

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A la primera sesión de las jornadas, celebrada en la Universidad de Damasco y meramente consultiva, asistieron más de un centenar de representantes del régimen, políticos de distintas tendencias, intelectuales y opositores que efectuaron sus propuestas para una futura conferencia más amplia, informa Efe. Aun así, fue boicoteada por personalidades opositoras dentro del país como Louay Husein y Haizam Maleh, según la cadena de televisión catarí Al Yazira, así como por detractores del régimen en el extranjero como Ammar al Qurabi, que se encuentra en El Cairo.

Desde que miles de personas se echaran a la calle el pasado marzo reclamando más libertades, el presidente Bachar el Asad ha respondido enviando los tanques a las ciudades rebeldes al tiempo que prometía reformas. "Nadie puede hablar de diálogo mientras los tanques siguen rodeando las ciudades y mientras los servicios de seguridad sigan sacando a la gente de sus casas", señaló a la BBC Abdul-Karim Rihawi, presidente de la Liga Siria de los Derechos Humanos, quien no asistió al encuentro.

En paralelo a esos encuentros se desarrollaron ayer manifestaciones en la zona de Nahr Eisha en Damasco y en la ciudad de Homs (centro del país) para rechazar un diálogo que calificaron de "ilegítimo", según informaron en Facebook diversos grupos opositores. Mientras el Gobierno continúa hablando de reformas y de diálogo, las fronteras permanecen cerradas para la mayoría de los medios independientes que han solicitado cubrir la revuelta. De esta forma, informar con rigor sobre el seguimiento de las manifestaciones se vuelve casi imposible.

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En este contexto, el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio llamó ayer a consultas a los embajadores de EE UU, Robert Ford, y Francia, Eric Chevallier, en Damasco para protestar por sus visitas a la ciudad rebelde de Hama sin permisos previos. El pasado viernes, la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Victoria Nuland, explicó que la razón de la visita del embajador Ford era "expresar su solidaridad con el derecho del pueblo sirio a manifestarse pacíficamente".

Representantes del régimen y de la oposición participan en la reunión, ayer en Damasco.
Representantes del régimen y de la oposición participan en la reunión, ayer en Damasco.LOUAI BESHARA (AFP)

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