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Un oscuro secuestro con 10 asesinatos eleva la tensión entre Caracas y Bogotá

Las autoridades creen que fue una acción del ELN en territorio venezolano, aunque también hablan de un posible enfrentamiento entre grupos parapoliciales

Una caravana militar venezolana llevó ayer por tierra, hasta la frontera con Colombia, los cadáveres de los ocho colombianos asesinados el viernes, que habían sido secuestrados el 11 de octubre pasado por supuestos guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN) en un territorio venezolano fronterizo con Colombia. No hubo acuerdos mínimos entre los enemistados Gobiernos de Caracas y Bogotá para que la repatriación ocurriera de otra forma.

Por el contrario: la muerte de estos jóvenes ha reavivado las diferencias entre ambos países, las mismas que les llevaron a romper relaciones comerciales y diplomáticas el pasado agosto.

Horas antes de que partiera el cortejo fúnebre, en la madrugada de ayer, la Cancillería venezolana envió una nota de protesta a Bogotá tras haber descubierto un supuesto plan desestabilizador puesto en marcha por organismos de inteligencia colombianos. El Gobierno de Hugo Chávez dice haber detectado a funcionarios del Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS) "realizando labores de espionaje e intentos de soborno, actividades claramente inamistosas y tipificadas como delitos por el Código Penal venezolano". Por ese motivo, Venezuela no dio su autorización para que aterrizara en la ciudad de San Cristóbal una aeronave enviada por Bogotá para retirar los cadáveres, y se encargó a su modo de hacerlos llegar hasta la ciudad fronteriza de Cúcuta.

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En respuesta a la nota de protesta, la embajadora de Colombia en Caracas, María Luisa Chiappe, dijo ayer que no caería en provocaciones ni especularía acerca de la tesis venezolana. Según ella, la prioridad del Gobierno venezolano debe ser brindar protección al único superviviente de la masacre, internado en el Hospital Militar de Caracas, y de las familias de las víctimas, "que continúan amenazadas".

"El segundo tema importante es el judicial, investigar los hechos, encontrar a los responsables y evitar que se repitan. Colombia ha ofrecido cooperación para esta investigación y esperamos que se acepte", añadió Chiappe.

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Extrañas circunstancias

Las circunstancias en las que ocurrieron el secuestro y el posterior asesinato de este grupo de jóvenes aún no han sido del todo aclaradas. Lo que se sabe, hasta ahora, es que en total fueron 12 los secuestrados el 11 de octubre: 10 colombianos, un venezolano y un peruano; de ellos, 10 fueron asesinados, un colombiano se encuentra desaparecido y otro sobrevivió. Eran, en su mayoría, vendedores ambulantes que se ganaban la vida vendiendo maní en las líneas de transporte público de San Cristóbal y que los domingos se juntaban para jugar al fútbol.

El domingo 11, mientras disputaban un partido en una cancha ubicada en el pueblo de Chururú, a 50 kilómetros de San Cristóbal, 25 hombres armados tomaron el campo de juego. Llamaron por sus nombres, uno a uno, a todos los jugadores del equipo que, por el oficio de sus integrantes, había sido bautizado como Los Maniceros.

Los formaron y los maniataron; antes de llevárselos a bordo de una camioneta, advirtieron a los familiares que estaban en la tribuna que sólo devolverían a los que no tuvieran "deudas pendientes". El sábado 24 por la mañana aparecieron en tres puntos distintos del municipio los cuerpos maniatados de 10 de ellos.

Según el testimonio de Manuel Cortés, único superviviente de la masacre, los secuestradores obedecían las órdenes de un hombre apodado Payaso.

El secretario de Gobierno del Estado venezolano de Táchira, Leomagno Flores, afirmó el sábado que se trata de un comandante de la guerrilla del ELN. Sin embargo, el vicepresidente y ministro de la Defensa de Venezuela, Ramón Carrizalez, dijo un día después que la matanza pudo haber sido producto de un enfrentamiento entre grupos parapoliciales.

Espionaje

Por otra parte, agentes venezolanos detuvieron a agentes colombianos sorprendidos "en labores de espionaje", dijo ayer el vicecanciller para América Latina, Francisco Arias Cárdenas. "Serán presentados en las próximas horas por el Ministerio de Relaciones Interiores y los cuerpos de seguridad" y tendrán que afrontar procesos en los tribunales venezolanos, agregó el vicecanciller sin revelar el número de detenidos, informa Efe.

La víspera, el Gobierno de Chávez expresó al de Colombia su "más enérgica protesta" por supuestos actos de "espionaje" en Venezuela de funcionarios colombianos y exigió el "cese inmediato" de esas acciones "claramente inamistosas".]

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