_
_
_
_
_
El futuro de Europa

Los planes de ajuste pasan factura a los políticos

Abocados a adoptar medidas impopulares ante la crisis, los Gobiernos europeos se enfrentan a un acelerado desgaste

La crisis ha puesto contra las cuerdas a los Gobiernos europeos. Los planes de ajuste, que darán sus frutos a largo plazo, están provocando daños electorales inmediatos a los responsables políticos de todo signo. Los conservadores franceses, el centroderecha irlandés o los socialistas portugueses y griegos, como en su día los laboristas británicos, hacen frente a una creciente impopularidad que se extiende también entre sus homólogos españoles y alemanes. A continuación, cinco instantáneas de las consecuencias políticas de la crisis.

FRANCIA Sarkozy toca fondo en los sondeos

Más información
La crisis desinfla el liderazgo europeo

Francia no ha sufrido un plan de ajuste presupuestario tan duro como el británico, el portugués o el español. La medida más contestada ha sido la reforma de las pensiones -que alarga dos años la edad de la jubilación-, aprobada hace 15 días tras una dura protesta en la calle. Durante el otoño se sucedieron más de una decena de huelgas y jornadas de movilización que sacaron a millones de franceses a la calle, y hubo paros en sectores estratégicos, como las refinerías, que pusieron al país a un paso del colapso por la falta de gasolina.

La popularidad de Nicolas Sarkozy, que desciende desde 2008, se despeñó: actualmente roza el 28%, la más baja desde que es jefe del Estado. El último sondeo, publicado ayer por la revista Le Nouvel Observateur, le coloca como perdedor frente a los líderes socialistas en una hipotética elección presidencial. Hace una semana, en una entrevista de televisión, Sarkozy respondía a esta patente falta de aceptación: "Es algo normal en un periodo de crisis. Y si no, mire lo que le está pasando a Obama, a Merkel o a Zapatero".

Sarkozy ha reformado recientemente el Gobierno para recuperar la iniciativa política. Está por ver que lo consiga. Durante las protestas que sufrió por la reforma de las jubilaciones, muchos de los manifestantes se acordaban del lema del presidente en su campaña en 2007, "Trabajar más para ganar más", reconvertido ahora, según ellos, en "trabajar más para ganar lo mismo (o menos)".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

IRLANDA Tiro de gracia a un Gobierno impopular

La grave crisis económica que ha forzado a Irlanda a aceptar un plan de rescate de sus socios europeos, considerado toda una "humillación" para el orgullo nacional, va a arrastrar consigo al gobierno de Brian Cowen, el más impopular en toda la historia de la República. El primer ministro ya se ha puesto la etiqueta de caducidad a sí mismo, y la única incógnita reside en si conseguirá que el Parlamento apruebe su presupuesto para 2011, junto a un drástico plan de ajuste cuatrienal, antes de convocar elecciones anticipadas. Cowen y su partido, el Fianna Fail, que ha dominado la escena política desde los años treinta, son percibidos por los irlandeses como responsables de una pésima gestión que alentó la burbuja financiera y crediticia antes de su pinchazo. El ciudadano de a pie, que ahora afronta una bajada de las pensiones, el incremento del IVA y del impuesto sobre la renta o el despido del 7% de los funcionarios, se siente víctima de la connivencia del Gobierno con una banca que se endeudó sobremanera. Si el monumental déficit del PIB exige austeridad, su principal causante ha sido el rescate con dinero público del sector financiero.

Los electores volcarán su frustración en las urnas decantándose, según los sondeos, por el opositor Fine Gael, un partido de corte liberal que tradicionalmente pacta alianzas de gobierno con los laboristas, más sensibles en el capítulo social. También el Sinn Fein, antieuropeo, socialista y antiguo brazo político del IRA, aspira a rentabilizar el voto de protesta más radical, y las encuestas auguran que doblará su apoyo (del 4,5% al 8%).

REINO UNIDO David Cameron mantiene el tipo

En Reino Unido, la popularidad del primer ministro conservador, David Cameron, no se ha visto resentida todavía por el duro plan de austeridad anunciado con la entrada del otoño, a pesar del impacto social de medidas como el endurecimiento del sistema de ayuda a los parados o de los subsidios a las familias y la vivienda. Los británicos parece resignados ante la necesidad del recorte del gasto público para sanear las cuentas del Estado, como revela el 41% de apoyo con el que cuenta el Partido Conservador. Los tories pueden esgrimir que el déficit público es el legado de las anteriores administraciones laboristas (1997-2010), cuya gestión económica recayó en Gordon Brown antes de que él mismo asumiera la jefatura del Gobierno hace tres años. El pasado mayo, los votantes lo descabalgaron del poder.

El mayor sindicato del país (Unite) acaba de amenazar con una oleada de huelgas, pero hasta la fecha el malestar social ha sido canalizado por la revuelta estudiantil a raíz de la triplicación del coste de las matrículas universitarias. El blanco de sus iras no es tanto Cameron como sus socios minoritarios en la coalición de Gobierno, los liberales-demócratas, que convirtieron en bandera electoral su rechazo al incremento de esas tasas para luego capitular. El partido de Nick Clegg se perfila como uno de los grandes perdedores.

PORTUGAL La crisis amenaza con devorar a Sócrates

El Parlamento portugués aprobará hoy los presupuestos del Estado para 2011, que prevén un recorte de salarios y pensiones de los empleados públicos y el aumento de dos puntos del IVA, entre otras medidas para rebajar el déficit del 7,3% al 4,6% del PIB. El Gobierno socialista de José Sócrates ha sudado tinta para sacar adelante el plan de austeridad, rechazado por buena parte de la oposición y los sindicatos, que el miércoles paralizaron medio país con una huelga general. El Ejecutivo apenas ha conseguido el apoyo a regañadientes del conservador Partido Social Demócrata (PSD), principal grupo de la oposición, en un acuerdo que no tiene visos de larga duración. Pero, en las circunstancias actuales, el Gobierno necesita este respaldo, porque no tiene mayoría en el Parlamento. Las críticas llueven sobre el primer ministro desde diversos frentes. Rebajar salarios y aumentar impuestos no es popular, por mucho que se explique que son medidas impuestas por la crisis. El plan de ajuste ha sido bien recibido por la UE y los organismos financieros internacionales, pero en el ámbito doméstico es muy posible que pase factura al primer ministro Sócrates. En enero, cuando las medidas de recorte se empiecen a sentir, los portugueses irán a las urnas en las elecciones presidenciales. Si la presión de los mercados continúa, el plan de austeridad puede ser insuficiente, y la crisis económica dará paso a la crisis política. En este eventual escenario, nadie podría cantar victoria por adelantado, porque el pacto firmado por Gobierno y oposición para aprobar unos presupuestos impopulares convierte a ambos en cómplices ante los electores.

GRECIA Ensayo para unas elecciones anticipadas

Con una victoria por la mínima, el Movimiento Socialista Panhelénico (Pasok) del primer ministro, Yorgos Papandreu, logró salvar los muebles en la última cita electoral, que puede interpretarse como un ensayo para las futuras generales. Los comicios locales de los pasados 7 y 14 de noviembre, los primeros que se celebran en Grecia desde que se adoptaron las draconianas medidas de ajuste económico en mayo, han emitido señales de alarma para la supervivencia del sistema. El electorado más activo de Europa, con una participación que supera habitualmente el 80%, mostró su frustración con una abstención del 55% (en la región del Ática, el 75%).

Si las elecciones generales se celebraran hoy, ninguno de los dos principales partidos (el Pasok y Nueva Democracia, de centro-derecha) obtendría más del 30% de los sufragios según las encuestas, lo que acentuaría la inestabilidad del país en vísperas de una hipotética reestructuración de la deuda, según apuntan los más agoreros; el lunes, el FMI pidió a Grecia un "esfuerzo extra" en su combate anticrisis, un día antes de que el Gobierno de Atenas aprobase nuevos recortes del gasto público que pueden inflamar aún más las protestas callejeras. En esta coyuntura, donde el único factor de estabilidad es la mayoría absoluta del Pasok en el Parlamento (tiene 157 de 300 escaños), destaca la irrupción en la escena política de tres partidos de la izquierda extraparlamentaria, que junto con los comunistas cosecharon el 11% de los votos en estos comicios.

Artículo elaborado con informaciones de Antonio Jiménez Barca (París), Patricia Tubella (Londres), Francesc Relea (Lisboa) y María Antonia Sánchez-Vallejo (Madrid).

Manifestación de estudiantes contra las reformas del Gobierno griego y la falta de expectativas laborales, ayer en Atenas.
Manifestación de estudiantes contra las reformas del Gobierno griego y la falta de expectativas laborales, ayer en Atenas.AFP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_