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La policía brasileña investiga un posible espionaje industrial en Petrobras

La compañía denunció el robo de un ordenador y varias placas de memoria

La policía brasileña descartó ayer la posibilidad de que el reciente robo de información confidencial sufrido por la petrolera Petrobras hubiese sido un hurto común y centró las investigaciones en la hipótesis de espionaje industrial.

La compañía denunció el pasado 1 de febrero que había sido violentado un contenedor que estaba siendo transportado desde las áreas de exploración en la cuenca marina de Campos hasta la base de la empresa en la ciudad de Macaé. El superintendente de la Policía Federal en Río de Janeiro, Valdinho Jacinto Caetano, afirmó ayer en conferencia de prensa que los ladrones se apoderaron de uno de los cinco ordenadores portátiles que había en el contenedor y de las placas de memoria de otros dos.

"En un robo común, la persona se lleva el ordenador entero para usarlo después y no se lleva sólo el disco duro de la máquina. Quien busca las placas de memoria es porque está interesado en las informaciones que contienen. Había un interés específico, lo que indica que sería espionaje industrial", agregó.

Pese a que ni la policía ni Petrobras han confirmado el contenido de las placas de memoria robadas, la prensa local afirmó que contenían datos geológicos de la cuenca marina de Santos, donde la petrolera descubrió un yacimiento de hidrocarburos a gran profundidad con unas reservas probables de entre 5.000 y 8.000 millones de barriles. De confirmarse, tal yacimiento elevaría en un 50% las actuales reservas probadas de Brasil.

La Agencia Brasileña de Informaciones, que también apoya las investigaciones, y el Ministerio de Justicia criticaron el lunes la "fragilidad del sistema de seguridad para el transporte de informaciones confidenciales" de Petrobras. El propio presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo el domingo que los ordenadores contenían "informaciones que eran secreto de Estado".

Por otra parte, el procurador del Estado de Ecuador, Xavier Garaicoa, pidió ayer al Ministerio de Minas y Petróleos que abra los trámites para anular la concesión que Petrobras tiene para la explotación petrolera en el denominado Bloque 18 y en el campo de Palo Azul, en la Amazonia ecuatoriana, debido a que la empresa brasileña realizó la supuesta transferencia del 40% de su concesión en ese bloque a la Corporación Teikoku, sin notificarlo previamente al Estado ecuatoriano, como prescribe la ley. Garaicoa admitió que Petrobras comunicó a las autoridades ecuatorianas la venta después de haberla realizado, pero señaló que fue de modo "engañoso", ya que lo presentó como una operación futura, cuando ya se había hecho.

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