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"No es posible derrotar a Al Qaeda sin cazar o matar a Bin Laden"

El general McChrystal y el embajador en Kabul defienden ante el Congreso la nueva estrategia de Obama para Afganistán

Las dos máximas autoridades de Estados Unidos en Afganistán, en el plano militar -el general Stanley McChrystal- y en el diplomático -el embajador en Kabul, Karl W. Eikenberry-, han aparcado sus diferencias para comparecer ante el Congreso estadounidense y respaldar al unísono la nueva estrategia del presidente Barack Obama en el país asiático, que pasa por enviar 30.000 soldados adicionales para doblegar la resistencia de los talibanes y preparar a las autoridades afganas para que asuman el control de su propia seguridad en no más de cinco años. En su comparecencia, McChrystal ha vinculado la victoria contra los talibanes a la muerte o captura de Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda.

Pese a que reconoce que Bin Laden se ha convertido ya en un "icono", McChrystal, máximo responsable de los soldados estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, entiende que "no podremos derrotar a Al Qaeda definitivamente mientras [Bin Laden] no sea capturado o muerto". El saudí mantiene con su figura la inspiración de muchas células terroristas en todo el mundo. "Creo que en este momento es un icono cuya supervivencia anima a Al Qaeda como una organización franquiciada por todo el mundo", ha declarado el general ante los congresistas. Por ello, pide que se intensifique la lucha para acabar con él. El problema es que nada se sabe de su paradero desde hace años, más allá de sospechas que los sitúan en la región montañosa entre Afganistán y Pakistán.

El general, así como el embajador Eikenberry, han dejado atrás sus diferencias sobre la nueva estrategia del presidente Obama para ganar la guerra en Afganistán. Hace unas semanas, el embajador dudó de la conveniencia de aumentar el contingente militar extranjero. Ahora, ha cambiado de opinión y, al igual que McChrystal, ha vaticinado que, pese a las dificultades, la nueva estrategia frenará en seco la ofensiva talibán en un año. En su comparecencia ante la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, el general ha defendido el plan de la Casa Blanca aunque ha afirmado que "no hay fórmulas mágicas" para el éxito de la misión que espera al Ejército de Estados Unidos ni caminos fáciles para su conclusión, informa Yolanda Monge.

Resultados en un año

Aún así, McChrystal, que en principio solicitó 40.000 militares más a Obama, ha manifestado su convicción de que el aumento de 30.000 hombres -más los alrededor de 7.000 que han prometido los países de la OTAN- logre revertir el impulso ganado por los talibanes y les impida "el acceso a la población que necesitan para su supervivencia". "Los resultados podrían verse rápidamente", ha dicho McChrystal. En cualquier caso, ha anunciado que si necesita más tropas, no dudará en pedirlas.

"Estoy seguro de que tendremos éxito", ha dicho McChrystal a los congresistas. "El próximo año por estas fechas la ofensiva talibán habrá cesado", ha dicho. "Y para el verano de 2011, el pueblo afgano sabrá que la insurgencia nunca ganará". En su primera comparecencia desde su petición de más tropas para evitar el fracaso militar, el pasado mes de agosto, McChrystal, ha advertido que "el éxito es posible pero no será sencillo".

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Lucha contra la corrupción

Las conclusiones de McChrystal han sido respaldadas por Karl W. Eikenberry, embajador de EE UU en Afganistán, inicialmente reacio al envío de más soldados al frente afgano pero que hoy ha expresado en repetidas ocasiones su firme respaldo al plan de Obama de reforzar el despliegue. No obstante, Eikemberry ha advertido de que el éxito no está garantizado y éste dependerá de que los afganos puedan dotarse de suficientes tropas rápidamente y de que los insurgentes dejen de contar con santuarios en la frontera afgana. Hace unas semanas, Eikenberry elevó un informe a Obama en el que expresaba sus dudas sobre el envío de más soldados mientras el Gobierno afgano no hiciera más esfuerzos para atajar la corrupción en sus filas. Hoy ha querido matizar esta postura. "Quiero dejar claro que en ningún momento desde que se inició la revisión de la estrategia me opuse al envío de tropas adicionales a Afganistán".

El embajador en Kabul ha insistido en que la lucha contra la corrupción debe ser una de las prioridades en esta nueva etapa. En este sentido, al igual que McChrystal, ha dicho que la falta de credibilidad del Ejecutivo afgano sigue siendo un gran impedimento para que la estrategia presidencial llegue a buen puerto. "Sin instituciones que estén al servicio de los afganos y funcionarios honestos, Afganistán siempre estará en peligro de regresar a las condiciones que lo convirtieron en un paraíso para los extremistas".

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