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Entrevista:MARTTI AHTISAARI | Premio Nobel de la Paz

"No puede haber reconciliación si no hay paz"

Es al final de la entrevista cuando Martti Ahtisaari, de 71 años, de verdad revela por qué acaba de conseguir el Premio Nobel de la Paz como mediador internacional: su apretón de manos es al mismo tiempo firme y enérgico, cálido y cariñoso. Es el apretón de manos de un hombre en el que se puede confiar. Y al que no se le han subido los humos: "Mi mujer me habla de una poetisa rusa que explicaba que había conocido los favores y los disfavores, y que no hay diferencia entre ambos. Creo que es bueno tener eso presente".

Pregunta. ¿Qué es más importante, paz o reconciliación?

Respuesta. No puede haber reconciliación si no hay paz. Es muy difícil empezar actividades de reconciliación si no se ha dejado de batallar. La reconciliación es absolutamente vital. La reconciliación no la hacemos nosotros, la hacen los locales. Los extranjeros podemos dar apoyo y quizá explicar la metodología, pero eso es sólo un papel técnico. Pero primero hay que conseguir la paz, y es un proceso muy, muy largo.

"Namibia es mi mediación más gratificante; y fue clave para Suráfrica"

P. ¿Se considera usted un político o un diplomático?

R. En realidad, ninguna de las dos cosas. Soy un profesional en lo que hago. No soy un político. Fui miembro de un partido político y me presenté por ese partido para ser presidente, pero nunca ejercí ningún cargo político antes de presentarme. No estoy en absoluto en contra de que me llamen diplomático, pero quizá debería definirme como un funcionario profesional, tanto a nivel nacional como internacional.

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P. Namibia, Aceh, Kosovo, Irlanda del Norte... ¿De qué mediación guarda mejor recuerdo?

R. Namibia, sin duda, porque requirió mucho tiempo. Y porque ayudó a la vieja Suráfrica a darse cuenta de que también podía resolver sus problemas internos. Si habla con la gente que está ahora en el poder, todos les dirán que sin Namibia, el cambio no habría ocurrido tan rápido.

P. ¿Hay algún punto en común en todos esos conflictos?

R. Lo único que tienen en común es que son todos difíciles.

P. ¿Hay algún tipo de principios generales para resolverlos?

R. Tienes que ser justo. Un colega me preguntó una vez cómo me las arreglaba para mantener el equilibrio entre las partes cuando éstas eran muy desiguales. Y le dije: "Ni puedo, ni quiero". Mi trabajo es que al final haya un acuerdo justo. Para mí, lo importante es que yo mismo considere aceptables las propuestas que presento.

P. ¿Quiere decir que lo que busca es tanto hacer justicia como acabar con un problema?

R. Sí, justicia, sí. A menudo, las negociaciones son entre el opresor y la víctima, al menos en términos relativos. Los dos han podido cometer errores, pero eso ocurre muy a menudo. En Kosovo, también. Suprimieron la autonomía, echaron a los albaneses de sus empleos y forzaron a la gente a abandonar el país o huir a las montañas. Y la OTAN tuvo que intervenir, porque la gente en Europa empezó a decir que ya estaba bien. Si Serbia ha de tener un derecho de veto cuando en realidad es culpable, no se haría justicia.

P. Dice usted que los alemanes han afrontado su pasado, pero muchos otros no lo han hecho. ¿Y los españoles? ¿Qué opina de la iniciativa del juez Baltasar Garzón de abrir un proceso al franquismo?

R. Es muy fácil criticar a otros desde fuera. Pero, estando aquí sentado, no podría jurar que soy una persona tan recta que, si hubiera nacido en Suráfrica, habría elegido el bando bueno y habría resistido la opresión. Y me da miedo pensar qué habría hecho si hubiera nacido en los años treinta en Alemania. Tengo la suerte de venir de una de las sociedades más democráticas del mundo [Finlandia], en la que siempre se ha respetado el imperio de la ley y tenemos un sistema educativo maravilloso. Nunca me he apresurado a criticar a la gente o las soluciones que proponen.

P. En estos momentos está trabajando de alguna manera en el problema de Irak.

R. Estamos ayudando a poner en práctica una idea genial de un profesor irlandés de la Universidad de Massachusetts que propuso que las facciones iraquíes conocieran a la gente que batalló en Irlanda del Norte y en Suráfrica, y acabaron negociando.

P. ¿Cree que es necesario que haya una mediación en Afganistán?

R. Hay cada vez más gente que se plantea esa cuestión, que piensan que no hay una solución militar para Afganistán. Cada conflicto tiene una solución.

Martti Ahtisaari responde a un periodista durante una rueda de prensa celebrada el pasado viernes.
Martti Ahtisaari responde a un periodista durante una rueda de prensa celebrada el pasado viernes.AFP

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