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El pulso entre el Gobierno islamista y el Ejército amenaza la estabilidad de Turquía

EE UU y la UE piden que los militares se mantengan al margen de la elección del presidente

Juan Carlos Sanz

¿Estamos asistiendo al quinto golpe de Estado de la historia turca? El pulso que mantienen en las últimas horas el Gobierno de Ankara, dirigido por el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, y el Ejército, guardián del Estado laico, amenaza con sumir a Turquía en la peor crisis política desde 1997, cuando las presiones militares obligaron a dimitir al primer ministro islamista Necmettin Erbakan. El Ejecutivo reaccionó ayer con firmeza ante el comunicado difundido la víspera por las Fuerzas Armadas, en el que los militares advertían de una posible intervención a causa de los ataques contra el laicismo.

"El pueblo nunca permitirá el paso a los oportunistas", dijo el primer ministro
Los militares turcos han protagonizado cuatro golpes de Estado desde 1960
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Una semana crítica

El comunicado del Ejército se produjo poco después de la primera votación parlamentaria para elegir al presidente de la República. El portavoz del Gobierno recordó que el jefe del Estado Mayor "está a las órdenes del primer ministro". "Una intervención del Ejército en el proceso electoral es inconcebible en un Estado democrático", advirtió el ministro de Justicia, Cemil Çicek, quien también precisó que Erdogan había mantenido una conversación "útil y fructífera" con el jefe de la cúpula militar turca, el general Yasar Büyükanit.

Los militares turcos han protagonizado tres golpes de Estado (en 1960, 1971 y 1980) en los que sacaron lo carros de combate a las calles y una cuarta asonada, en 1997, en la que forzaron la dimisión de Erbakan sin recurrir a la fuerza. Desde la fundación de la Turquía moderna, en 1923, tras la derrota del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial, el Ejército ha marcado el paso a los políticos. La Constitución aprobada tras el golpe de 1980 concedió a las Fuerzas Armas atribuciones extraordinarias, que sólo fueron rebajadas en parte en 2005 antes de que la UE abriera las negociaciones para el ingreso de Turquía.

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Por primera vez en la reciente historia turca, un Gobierno civil democráticamente elegido se ha atrevido a plantar cara a las Fuerzas Armadas. La reacción de Erdogan tras la difusión del comunicado militar en la noche del viernes fue desafiante: "Esta nación ha pagado un precio muy elevado y doloroso cada vez que ha perdido la estabilidad y la confianza, pero el pueblo nunca permitirá el paso a los oportunistas que quieren dar vía libre al desastre".

El ministro portavoz fue algo más comedido a la mañana siguiente: "Es impensable que Turquía busque soluciones a sus problemas fuera de la vía democrática". Çicek también dio a entender que el Estado Mayor estaba tratando de influir sobre el Tribunal Constitucional, que debe dictar antes del 2 de mayo una resolución sobre la validez de la votación parlamentaria del viernes para elegir al presidente de la República.

El comisario europeo para la Ampliación, Olli Rhen, puntualizó ayer que la crisis política turca desatada por la elección presidencial va ser "el verdadero examen para comprobar si las Fuerzas Armadas respetan los valores democráticos de un Estado laico". El Departamento de Estado de Estados Unidos se sumó poco después a la petición de "respeto a las normas constitucionales".

La iniciativa de Erdogan para situar a su número dos y ministro de Exteriores, Abdulá Gül, como nuevo presidente de la República se ha estrellado con el rechazo del aparato laico del Estado turca, encabezado por el Ejército y con destacada presencia en la judicatura y en la universidad. Los partidos de la oposición laica boicotearon la votación parlamentaria del pasado viernes para intentar forzar la anulación del proceso electoral por parte del Tribunal Constitucional. Su intención no declarada es la de provocar el adelanto de las elecciones legislativas ante el bloqueo institucional para reanudar la elección presidencial con un nuevo equilibrio de fuerzas en el Parlamento, donde los islamistas controlan ahora 353 de los 550 escaños.

Muchos columnistas de la prensa turca se mostraban ayer partidarios de la solución del adelanto electoral, previsiblemente para finales del próximo mes de julio, como la menos mala para superar la actual crisis. Los comicios legislativos deberían desarrollarse normalmente el próximo mes de noviembre, cuando vence el mandato de la actual Gobierno. Las últimas encuestas difundidas en Turquía revelan además que el Partido del Desarrollo y la Justicia de Erdogan revalidaría probablemente su mayoría parlamentaria.

Universitarios turcos se manifiestan ayer en Ankara contra el Gobierno y el ministro Abdulá Gül.
Universitarios turcos se manifiestan ayer en Ankara contra el Gobierno y el ministro Abdulá Gül.REUTERS

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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