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El régimen ataca con tanques y artillería los focos de la revuelta en el este de Siria

Enric González

El Ejército sirio prosiguió ayer con su gira de aniquilación. Fue el turno de Deir al Zor, una ciudad oriental en la que durante el fin de semana se registraron masivas manifestaciones contra el presidente Bachar el Asad y su régimen. Las tropas iniciaron el asalto de madrugada, con tanques, artillería y excavadoras, y, según activistas de la oposición, mataron al menos a 38 personas. Otras 19 murieron, según esas fuentes, en las áreas rurales cercanas a Homs (centro) y otros puntos del país.

El Asad mantuvo su habitual cinismo, rayano en la psicosis. "El país sigue el camino de la reforma", aseguró ante el ministro de Asuntos Exteriores de Líbano, Adnan Mansur, que visitaba Damasco. El líder sirio rechazó las críticas a la brutal represión formuladas el sábado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y por los países del Consejo de Cooperación del Golfo. "Enfrentarse a los forajidos y salteadores de caminos que montan barricadas y aterrorizan a la población es un deber nacional", dijo El Asad.

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La víspera, el presidente había anunciado "elecciones libres", pese a que la ley, incluyendo la reciente ley de partidos, solo admite las formaciones que suscriben los principios del Baaz (hasta ahora partido prácticamente único) y expresan fidelidad al régimen.

El viernes, cientos de miles de personas (400.000, según la oposición) se manifestaron en Deir al Zor, y resultaba dudoso que todos ellos fueran salteadores de caminos. Pero la versión oficial, difundida por la televisión, insistió en que la población siria se mantenía en calma y respaldaba a El Asad, y que los incidentes estaban causados por "bandas armadas" que habían "asesinado a 500 soldados y policías" desde marzo. Desde ese mes se estima que unos 1.600 civiles, 2.000 de acuerdo con cálculos estadounidenses, han muerto por disparos de las fuerzas de seguridad.

Para dar peso a la tesis de que el Ejército se enfrenta a grupos violentos armados desde el extranjero, la televisión mostró un supuesto alijo compuesto por 250 fusiles, munición y explosivos, incautado en la frontera con Líbano.

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El ataque a Deir al Zor estaba resultando especialmente cruento, tanto como el lanzado una semana antes contra Hama. "A primera hora de la mañana, columnas de tanques y excavadoras, bajo la cobertura de intenso fuego de artillería, penetraron en la ciudad desde el norte y el oeste y desmantelaron las barricadas erigidas por los vecinos", declaró un residente, Abu Baker, a Reuters.

[El rey Abdalá de Arabia Saudí tildó anoche de "inaceptables" los acontecimientos en Siria y pidió que cese "la máquina de muerte y derramamiento de sangre", informa Reuters. En un comunicado difundido por la cadena de televisión Al Arabiya, el monarca afirmó: "Siria debería reflexionar antes de que sea demasiado tarde y adoptar reformas que no sean meras promesas, sino reformas de verdad". Riad ha retirado a su embajador en Damasco].

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