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La represión policial de una protesta en Argel causa 20 heridos

Apoyo a Cabilia desde la capital argelina

Brigadas antidisturbios reprimieron con violencia ayer en Argel una marcha pacífica de apoyo a la revuelta en la región de la Cabilia en la que denunciaban la represión contra la mayoría bereber que habita en ella. Unos 20 manifestantes, entre ellos el jefe de la Unión para la Cultura y la Democracia (RCD), Said Sadi, resultaron heridos. La marcha fue organizada por la Organización de Defensa de las Libertades Democráticas, organización que agrupa a los partidos políticos y las asociaciones consideradas democráticas. Los manifestantes, varios centenares según fuentes de la propia organización, llevaban durante la marcha pancartas en las que se leía: 'No a la represión'; 'No al asesinato en Argelia', y 'No a la injusticia y al desprecio'. Sin embargo, el Gobierno había negado el permiso necesario a la organización para este tipo de actos. A pesar de todo, los manifestantes decidieron desafiar la prohibición y comenzaron a agruparse en la plaza Primero de Mayo a mediodía.

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Las autoridades, por su parte, desplegaron un impresionante dispositivo de seguridad compuesto exclusivamente de unidades de cascos azules. Armados de porras y fusiles con granadas lacrimógenas, las unidades cerraron el paso a las callejuelas del itinerario, tomando posiciones que impedían el discurrir de los transeúntes A la hora inicialmente prevista para la salida de la manifestación, los participantes, encabezados por Said Sadi, presidente del RCD, al que acompañaba Hachemi Cherif, secretario general del partido comunista argelino (MDS), comenzaron la marcha, que fue rápida y violentamente detenida.

La primera embestida de la policía contra los manifestantes fue con porras y los primeros golpes cayeron sobre Sadi y sobre el comandante Azzedine, uno de los personajes históricos de la revolución argelina. Herido de consideración, el presidente del RCD fue trasladado al hospital más cercano, aumentando la furia de los manifestantes, que intentaron de nuevo forzar el cordón policial, gritando a la cara de los agentes: 'Si queréis guerra, estamos preparados'. 'Ésta es la forma en que el poder responde a una iniciativa pacífica. Los policías golpean a ciudadanos desarmados que no hacen más que reivindicar una vida digna', dijo uno de los organizadores de la marcha.

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