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La ruptura de la coalición en Chipre amenaza el diálogo para la reunificación de la isla

La ruptura de la coalición de Gobierno en Chipre amenaza con hacer saltar por los aires las negociaciones para la reunificación del país, dividido tras la ocupación del norte de la isla por el Ejército turco en 1974. El Partido Democrático (DIKO, centrista) abandonó ayer la coalición encabezada por el Partido Progresista del Pueblo Obrero (AKEL, poscomunista), del presidente Dimitris Christofias. "Está claro que el diálogo ha terminado, así que el Partido Democrático deja de cooperar con el presidente de la República", anunció el líder del DIKO, Marios Garoyan. Chipre tiene un sistema presidencial de Gobierno, por lo que la salida del socio menor de la coalición no pone en peligro la supervivencia política de Christofias, cuyo mandato finaliza en 2013, aunque haya quedado en minoría en el Parlamento.

Ambos partidos, que compartían el poder desde 2008, han chocado repetidas veces a la hora de pactar una estrategia para las conversaciones sobre la reunificación de Chipre, auspiciadas por Naciones Unidas. La ONU está redoblando en los últimos meses los esfuerzos para solucionar el conflicto tras el fracaso del referéndum convocado en 2004.

El Partido Democrático, que mantiene una postura más intransigente en este tema, ha insistido en que el presidente Christofias retire varias de sus propuestas. En especial, que en el futuro las comunidades grecochipriota y turcochipriota compartan el poder a través de una presidencia rotatoria y un sistema electoral equilibrado. El DIKO se opone también a que se permita la presencia de los cerca de 50.000 colonos turcos que se han asentado en el norte de la isla desde 1974.

Los negociadores grecochipriotas y turcochipriotas han acordado en principio reunificar el país y convertirlo en una federación con dos zonas y dos comunidades diferenciadas. La ONU quiere que se cierre un acuerdo antes de julio de 2012, cuando la República de Chipre (que controla el sur grecochipriota de la isla) tiene previsto asumir la presidencia rotatoria de la UE.

Las disputas en la coalición de Gobierno se han agravado tras la gran explosión que se produjo el pasado 11 de julio en un depósito de armamento de una base militar, en la que murieron 13 personas y que destruyó la principal central eléctrica del país y afectó al suministro de agua en la isla.

El Banco Central de Nicosia también ha advertido de que Chipre puede ser el próximo país que se vea forzado a solicitar un rescate de la UE ante el mal estado de su economía, que ha empeorado tras los daños causados por la explosión. La agencia Moody's rebajó la semana pasada la calificación de la deuda soberana de Chipre tras argumentar que las "actuales preocupaciones sobre la situación fiscal de Chipre se han amplificado por las consecuencias económicas de la destrucción de la central eléctrica de Vasilikos". La agencia destaca además el creciente clima de fraccionamiento político y los riesgos que esa situación supone para los planes de austeridad y reforma fiscal.

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