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Reportaje:

¿Para qué sirve Tony Blair en Oriente Próximo?

Diplomáticos europeos y rusos cuestionan su papel como mediador

Enric González

¿Para qué sirve Tony Blair? Cuando se formula esa pregunta a las autoridades palestinas y a diplomáticos europeos y rusos, hay dos tipos de respuesta: una que podría resumirse con la frase "para nada" y otra que vendría a definirle como "portavoz de los intereses israelíes". El Gobierno israelí, en cambio, valora muy positivamente su trabajo como enviado especial del Cuarteto (Estados Unidos, Unión Europea, Rusia y Naciones Unidas) en Oriente Próximo. Han pasado más de cuatro años desde que Blair asumió la misión, justo el mismo día en que dimitió como primer ministro británico (el 27 de junio de 2007), y no ha habido cambios sustanciales ni en el proceso de paz ni en el bloqueo de Gaza.

La OLP llegó a plantearse pedir la dimisión del exmandatario

Como primer ministro, Tony Blair se definió en numerosas ocasiones como "amigo de Israel". En 2004, 52 diplomáticos retirados del Reino Unido publicaron una carta en la que criticaban la sumisión de Blair a los intereses israelíes y estadounidenses. Pese a ello, pese a su negativa a pedir un inmediato alto el fuego tras la invasión israelí de Líbano (2006) y pese a su protagonismo en la invasión de Irak, las autoridades palestinas dieron el visto bueno a su nombramiento como mediador. Creyeron que su alto perfil político y su aparente influencia en el Gobierno israelí ayudarían a restablecer unas negociaciones que permanecían en vía muerta.

Las primeras críticas a su trabajo surgieron durante la invasión israelí de Gaza entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18 de enero de 2009. Mientras Gaza era bombardeada, Blair pasaba las fiestas de Navidad en una de sus residencias británicas. Y se dejaba fotografiar en la inauguración de un nuevo establecimiento del modisto Giorgio Armani en Londres. El mediador sólo llegó a sus oficinas en Jerusalén el 5 de enero, cuando la infantería israelí ya había irrumpido en la Franja. Hasta ahora, Blair no ha visitado Gaza, lo que su oficina justifica por razones de seguridad.

El enviado especial del Cuarteto suele pasar una semana al mes en Jerusalén. No cobra por su trabajo, pero cuesta caro. Hasta este verano se hospedaba en el American Colony, el hotel más famoso y refinado de Jerusalén. Su suite (más de 400 euros por noche) y los alojamientos y oficinas de su docena de colaboradores ocupaban toda la cuarta planta del establecimiento, con un coste superior al millón de euros anuales. Los salarios de su escolta personal son retribuidos por los contribuyentes británicos, así como los más de 200.000 euros al año que el grupo de policías gasta en alojamiento y manutención. Hace un par de meses, Blair y su equipo se trasladaron a un moderno edificio en Sheik Jarrah (el barrio más prestigioso de Jerusalén oriental), alquilado por casi 800.000 euros anuales.

"Tony Blair nos explicó en una ocasión que su misión no era política, sino humanitaria, y se dirigía a mejorar las condiciones de vida de los palestinos: reducción de controles militares en los territorios ocupados, más entradas de productos en Gaza y cosas por el estilo", comenta un portavoz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). "Y para eso nos basta hablar directamente con los israelíes", añade el mismo portavoz. Tanto los dirigentes palestinos como los israelíes se acostumbraron con el tiempo a la irrelevancia del representante del Cuarteto.

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Mientras tanto, Blair se ocupaba de sus numerosos negocios y actividades privadas: el holding de inversiones Firerush Ventures (con 130 empleados), el asesoramiento al banco Goldman Sachs (2,3 millones de euros anuales) y a otras entidades y grupos como la petrolera surcoreana UI Energy, el fondo de inversiones Mubadala de Abu Dhabi, la familia real kuwaití y la sociedad de capital riesgo Khosla Ventures (750.000 euros anuales), y a pronunciar conferencias por el mundo, con una tarifa media de 200.000 euros. Blair posee una casa en Londres adquirida por cuatro millones de euros y una casa de campo en Buckinghamshire de seis millones de euros. El diario The Guardian estima su fortuna personal en unos 23 millones de euros.

Las relaciones de Blair con la Autoridad Palestina y la OLP se tensaron mucho a raíz del asalto por parte de comandos israelíes a la llamada Flotilla de la Paz, el 31 de mayo del año pasado. La violencia empleada contra las naves que intentaban llegar a Gaza, con el resultado de 10 activistas turcos muertos, hizo que Barack Obama cuestionara en público el bloqueo impuesto sobre la Franja. Blair se puso del lado de Israel y justificó el bloqueo, apoyando una "suavización" centrada en el envío de más variedad de productos a la población sitiada. Eso, según la OLP, frenó el impulso de la campaña internacional contra el bloqueo.

La crisis definitiva llegó hace unas semanas, cuando los palestinos decidieron pedir a la ONU que les reconociera como Estado. Tony Blair hizo lo posible por frenar la iniciativa, sumándose a Israel y EE UU. Fuentes diplomáticas señalan que también fomentó las divisiones entre los países de la Unión Europea, para impedir que adoptaran una posición conjunta favorable a la iniciativa palestina. "Blair es un diplomático israelí", declaró Nabil Shaath, jefe del equipo negociador palestino.

El comité central de la OLP llegó a plantearse pedir la dimisión de Blair como representante del Cuarteto, pero decidió esperar al desenlace de la petición ante la ONU. Mientras, el diario británico Daily Mail y varios periódicos israelíes anunciaron una supuesta relación sentimental entre Tony Blair y Ofra Strauss, una de las mujeres más ricas de Israel. Pese a los desmentidos por parte de Blair y Strauss, el asunto ha deteriorado aún más la imagen del mediador internacional en Oriente Próximo.

El primer ministro palestino, Salam Fayyad, saluda a la enviada de EE UU a Oriente Próximo, Mara Rudman, en presencia de Tony Blair.
El primer ministro palestino, Salam Fayyad, saluda a la enviada de EE UU a Oriente Próximo, Mara Rudman, en presencia de Tony Blair.EMMANUEL DUNAND (AFP)

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