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El socialista Sócrates llega al final de la campaña portuguesa como favorito

El primer ministro amplía la ventaja en los sondeos sobre su rival conservadora

José Sócrates, primer ministro y candidato del Partido Socialista (PS), se perfila como el claro vencedor de las elecciones legislativas portuguesas de mañana, con una diferencia en torno a 8 puntos porcentuales, según coinciden las tres últimas encuestas difundidas antes del cierre de la campaña, a medianoche de ayer. Ya nadie habla del empate técnico entre Sócrates y la candidata conservadora Manuela Ferreira Leite, del Partido Social Demócrata (PSD), que planeaba en el ambiente cuando comenzó la campaña hace dos semanas, y que alimentó las esperanzas de la dirigente opositora de lograr un vuelco político en Portugal.

En una semana de debates televisados entre los cinco principales candidatos y 15 días de campaña, Sócrates se ha recuperado del varapalo sufrido por los socialistas en las elecciones europeas de junio pasado, y ha logrado lo que muchos analistas consideraban imposible: llegar al día de las elecciones como favorito. No para reeditar la mayoría absoluta con la que gobernó los últimos cuatro años y medio, pero sí para estar en condiciones de formar un gobierno que necesitará apoyos puntuales en el Parlamento.

El jefe del Gobierno recibe el apoyo público del futbolista Luis Figo

Junto al despegue del PS el dato más relevante de los sondeos es el crecimiento del Bloco de Esquerda (BE), entre el 9,4% y el 11%, que le permitiría pasar de ocho diputados a una veintena, y consolidaría la mayoría de izquierda en la Asamblea de la República. El avance del BE le convertiría en la tercera fuerza parlamentaria, por delante del Partido Comunista y del derechista Partido Popular, y sería un éxito sin precedentes de la llamada izquierda radical, extrema izquierda o nueva izquierda, según las opiniones.

El candidato del BE, Francisco Louçà, dice estar preparado para gobernar, en un intento de demostrar que no dirige un partido que se dedica sólo a la contestación. Pero ha cerrado todas las puertas a un eventual gobierno de coalición con los socialistas si los resultados dan una mayoría a estos dos partidos. BE y PS se disputan buena parte del voto de la juventud, proclive a la abstención, especialmente de los 700.000 nuevos electores.

La recuperación de Sócrates en las encuestas no es sólo por méritos propios, sino también por errores clamorosos de su principal rival y por los casos que han salpicado la campaña. Por ejemplo, la arremetida de Ferreira Leite contra España y contra el tren de alta velocidad entre los dos países ibéricos, o el supuesto escándalo de espionaje al presidente de la República, que finalmente ha dejado en entredicho a Aníbal Cavaco Silva, valedor de la candidata conservadora.

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La campaña del candidato socialista ha ganado la batalla de la eficacia y la organización. Ha ido de menos a más. Ayer, recibió el apoyo público del futbolista Luis Figo. Sócrates se ha mostrado como un político con una vitalidad arrolladora, al frente de un partido que le rinde pleitesía y que, aparentemente, está unido en torno al líder. Al menos en época electoral.

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