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Un submarino nuclear busca la 'caja negra' del vuelo AF447

El coste para las aseguradoras será el mayor desde el 11-S

Los trabajos de recuperación de cuerpos en pleno Atlántico continúan su curso, en un goteo incesante de cadáveres que van apareciendo, mientras la investigación sobre las causas del accidente del avión de Air France, que se precipitó al océano con 228 personas a bordo el pasado 1 de junio, parecen haber encallado. El submarino nuclear francés Émeraude empezó ayer a buscar la caja negra del vuelo AF447, clave para determinar las causas del accidente. El coste para las aseguradoras del accidente puede ser el mayor desde los atentados del 11-S, según la agencia Bloomberg. Las familias tienen derecho a recibir al menos 150.000 dólares por pasajero.

El Émeraude rastrea el fondo marino -a un ritmo de 26 kilómetros diarios y a miles de metros de profundidad- con un sónar, un dispositivo que emite ondas ultrasonoras que pueden detectar la señal acústica enviada por la caja negra (compuesta por dos aparatos, uno con las grabaciones de los pilotos y otra con datos de vuelo, y que sólo emite señales durante 30 días).

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Encontrar esta información servirá para saber qué ocurrió realmente dentro de la aeronave minutos antes de precipitarse al océano. Mucho se ha especulado sobre las adversas condiciones meteorológicas en las que se produjo el siniestro, sobre los fallos en los sensores de velocidad del aparato o incluso sobre una prácticamente descartada autoría terrorista de la tragedia. Los investigadores creen que los sensores de velocidad podrían haberse congelado. El ministro francés de Transporte, Dominique Bussereau, afirmó ayer que esta situación habría tenido dos consecuencias fatales: "Una velocidad muy lenta puede hacer caer el avión; una demasiado rápida podría hacer pedazos el avión, al acercarse a la velocidad del sonido", afirmó.

Ayer, los primeros 16 cuerpos sacados del océano llegaron a Recife, donde expertos franceses intentarán identificarlos. En total son 41 los cadáveres recuperados.

El submarino nuclear francés <i>Émeraude</i>.
El submarino nuclear francés Émeraude.REUTERS
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