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El supuesto compló español

La retirada temporal de alguno de los cuatro agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en Cuba habría aplacado el malestar oficial cubano, aparentemente irritado por la supuesta participación española en la corrupción de miembros importantes del régimen. "Esto es una suerte de ofensiva entre bastidores para tratar de convencer a Carlos Lage y Felipe Pérez Roque de que pilotaran la progresiva democratización de Cuba", según apunta una fuente con acceso a los cuerpos de seguridad españoles. "Y tiene más sentido que les graben los servicios cubanos diciendo cosas que el propio Conrado Hernández". De acuerdo con esa fuente, es lógico que los agentes del CNI hayan querido hacerse con las grabaciones y con toda la información en poder de Hernández. "Es normal, es la misión de un servicio de inteligencia", añade.

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"La bronca de los cubanos viene porque piensan que hay una especie de conspiración [de Lage y Pérez Roque] en la que los españoles están involucrados". Pero Hernández tenía contactos con toda la embajada, desde el embajador al agregado comercial, no sólo con los del CNI. Por eso la salida de los agentes "resuelve la situación por el eslabón más débil".

Las grabaciones duran tres horas en la versión corta y siete horas en la larga. "El trabajo lo empecé a finales de abril y he ido acumulando información a cuentagotas, con más de 12 entrevistas con fuentes dentro de Cuba, con miles de subterfugios", explica Wilfredo Cancio, que escribió el texto sobre la existencia de los vídeos. Según el periodista, están siendo visionados por la jefatura militar y política cubana y fueron entregados al Gobierno venezolano, el aliado más confiable.

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