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Los 'tories' renuncian al referéndum

La presidencia sueca prepara la cumbre para la puesta en marcha del tratado

El Partido Conservador británico renunció ayer a convocar un referéndum en Reino Unido sobre el Tratado de Lisboa si gana las próximas elecciones. El portavoz de Exteriores y una de las cabezas más visibles del euroescepticismo tory, William Hague, confirmó anoche en una entrevista a varias televisiones que tras la firma del tratado por el presidente checo, Václav Klaus, "ya no es posible" realizar el referéndum entre los británicos.

El cambio de posición había sido insinuado horas antes por el líder del partido, David Cameron, al reconocer que, una vez en vigor, el Tratado de Lisboa se convierte en ley y es imposible que el Gobierno británico pueda derogarlo por su cuenta.

Eso es algo que se sabía desde siempre, por lo que la ambigüedad de Cameron sobre lo que haría si el tratado entraba en vigor, le deja ahora malparado. La posibilidad de que eso le cree problemas en el seno del partido, sin embargo, parece relativa. Aunque los euroescépticos más exaltados han puesto ya el grito en el cielo, el grueso del partido parece resignado a aceptar el tratado y con poco apetito de provocar una crisis interna que pueda poner en peligro su esperado retorno al poder tras las elecciones generales de la próxima primavera.

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Cameron prevé anunciar hoy su estrategia europea, que tendrá dos claras vertientes: por un lado, prometer una ley que obligue a los gobiernos británicos a convocar un referéndum para ratificar futuros tratados; por otro, anunciar que un eventual Gobierno tory exigirá la devolución a Reino Unido de diversos poderes delegados hoy al conjunto de la UE. Ambas propuestas tienen ciertos tintes de brindis al sol. La primera, porque pasarán muchos años hasta que se negocie un nuevo tratado y cualquier nuevo Gobierno podría derogar esa ley. La segunda, que tiene el potencial de enredar las relaciones de Londres con sus aliados, porque cualquier devolución de poderes tiene que ser aprobada por unanimidad por el resto de socios.

Mientras tanto, en Bruselas, y con el alivio que ha supuesto que el Tratado de Lisboa salvara el escollo checo, el primer ministro sueco y presidente de turno de la Unión, Fredrik Reinfeldt, anunció ayer que va a comenzar de inmediato las consultas para elegir a los futuros presidente y alto representante de la UE, dos cargos creados por Lisboa, y que convocará en cuanto sea posible una cumbre extraordinaria para ratificar los dos nombres, informa Ricardo Martínez de Rituerto.

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"Estoy muy satisfecho", indicó Reinfeldt en un comunicado preparado en Washington, donde la UE celebraba ayer su primera cumbre oficial con los EE UU de Barack Obama. "Su firma pone fin a un periodo demasiado largo centrado en lo institucional en la UE". Está previsto que el tratado entre en vigor el 1 de diciembre. "Para finalizar los preparativos voy a empezar ahora las consultas sobre nombres", precisó Reinfeldt.

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