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Las tropas de Ruanda comienzan a retirarse del este del Congo

Las fuerzas ruandesas, aliadas del Gobierno de Kabila contra las milicias hutu, comienzan la retirada de Kivu Norte ante la supuesta mejora de la situación

El Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) ha confirmado que las tropas de Ruanda que actúan conjuntamente con el ejército congoleño en la provincia de Kivu Norte han empezado hoy su retirada paulatina de este país. Una noticia que han anunciado como la base "para una paz duradera en el este del país".

Según el ministro de Comunicación y Medios de Congo, Lambert Mende, el fin de las operaciones conjuntas de las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC) y las Fuerzas de Defensa Ruandesas (FDR) contra el principal grupo rebelde ruandés fue "decidido por las dos partes tras una evaluación de la situación en el terreno".

"La retirada de las tropas ruandesas comenzó hoy sábado y pensamos que será completada a mediados de la semana que viene, tal como fue acordado entre los dos gobiernos y los dos Estados mayores (de las respectivas fuerzas armadas)", ha dicho Mende en declaraciones, que recoge Radio Okapi, emisora auspiciada por la ONU.

Según Mende, los gobiernos congolés y ruandés decidieron poner fin a la operación militar conjunta tras tomar conocimiento de una "apreciable mejoría en la situación de seguridad para las poblaciones civiles y la estabilidad de la región". Sin embargo, un portavoz de la MONUC, Madnodje Mounoubai, dijo que, por el momento, ese organismo de la ONU no puede confirmar que la retirada de las tropas ruandesas se esté llevando a cabo.

Miembros del genocidio ruandés

Las fuerzas armadas de la RDC y Ruanda comenzaron el pasado 20 de enero sus operaciones militares conjuntas con el objetivo de desarmar a los insurgentes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), principal grupo rebelde ruandés y de etnia hutu.

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Las FDLR están compuestas por efectivos del antiguo ejército ruandés y miembros de la milicia hutu ruandesa Interahamwe, responsables del genocidio de 1994 en Ruanda -en el que murieron cerca de un millón de tutsis y elementos moderados de su misma etnia- y que huyeron luego al este del, por entonces, Zaire.

Con unos 6.500 efectivos, las FDLR son acusadas por las autoridades de Kinshasa del saqueo de los recursos del nordeste de la RDC y de masacrar a las poblaciones civiles del área. El gobierno de Kigali les acusa a su vez de cruzar la frontera y fomentar actos de desestabilización en territorio ruandés, donde hay al menos 200.000 refugiados.

Laurent N'Kunda, líder del Congreso Nacional del Pueblo Congoleño (CNDP), la guerrilla tutsi que ejerce de brazo armado en Kivu Norte, tenía la misión de impedir los ataques estas fuerzas hutu. N'Kunda, acusado de crímenes de guerra, fue detenido el pasado enero por los que fueron sus propios aliados tutsis para los que se había convertido en un problema y un elemento rebelde e incontrolable.

La MONUC, al margen

Al comienzo de la ofensiva militar conjunta congoleño-ruandesa contra las FDLR, las autoridades de Kinshasa solicitaron el apoyo de la Misión de Naciones Unidas para la República Democrática de Congo (MONUC) sólo para proteger a los civiles en la región de las operaciones y encargarse de los rebeldes que, tras deponer las armas, aceptaran ser repatriados voluntariamente. Pero la MONUC nunca ha participado en estas acciones.

Meses antes, tal y como publicó El País, el informe del por entonces general que dirigió a las tropas internacionales desplegadas en Congo señalaba que la situación caótica para ejecutar cualquier misión era "ajena a la realidad". El general Villegas renunció al mando de 17.000 'cascos azules' para no lanzar una ofensiva que llevaba a un "potencial desastre".

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