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Los Verdes niegan un pacto con los socialistas para la segunda vuelta de las regionales francesas

El partido de extrema derecha de Jean Marie Le Pen, cuarta fuerza más votada, se hace fuerte en 12 regiones

Los socialistas franceses habían anunciado esta tarde "un acuerdo nacional" para unir sus listas con las de los verdes con la intención de arrasar el próximo domingo en la segunda vuelta de las elecciones regionales de Francia, después de que la sociedad francesa haya constatado un hecho incontrovertible: el Frente Nacional, la formación de extrema derecha de Jean-Marie Le Pen, se ha hecho fuerte en 12 regiones. Con un 11,4%, es ya la cuarta fuerza del país, cerca de Europa Ecologista, con un 12,18% de los votos. El objetivo del supuesto acuerdo eco-socialista era claro: apropiarse de las 22 regiones en liza y borrar a la derecha de Sarkozy de todo territorio regional. Sin embargo, Europa Ecologista ha desmentido a primera hora de la noche que se haya suscrito ese acuerdo nacional.

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Fue precisamente uno de los líderes del partido verde, Daniel Cohn-Bendit, el que lanzó una explicación a la subida de la ultraderecha, compartida por muchos dirigentes de izquierda: "El Frente Nacional le tiene que dar las gracias al ministro de Inmigración, Éric Besson, y a su debate sobre la Identidad Nacional, éste es el resultado", explicó en alusión a los resultados del domingo pasado. Este debate, impulsado por el Gobierno, comenzó en otoño y derivó pronto en una discusión encendida sobre el islam en Francia, y fue desactivado, sin adoptar ninguna medida concreta, por el primer ministro, François Fillon, hace un mes.

Negociación en la izquierda

Los verdaderos vencedores de la votación de ayer, el Partido Socialista francés (PS), con un 29,52% de los votos, y Europa Ecologista, seguirán negociando presentar mañana listas comunes, lo que se traduciría, a la larga, en un triunfo de la izquierda en todas o casi todas las regiones. El acuerdo anunciado y desmentido significaría listas compartidas en todas las regiones menos en una, Bretaña, donde las relaciones entre el líder socialista y el de los ecologistas son inexistentes. En las negociaciones participan también miembros del Frente de Izquierda, un heterogéneo grupo que aúna, entre otros, al Partido Comunista Francés, y que con un 6,2% de los votos cuenta también -aunque mucho menos- para la victoria final.

La UMP, el partido de centro derecha de Sarkozy, que se presentó junto a Nuevo Centro y MPF, cosechó una derrota cantada, sonora y peor de lo previsto: un 26,1%% de los votos. Son la primera fuerza en nueve regiones, como Ile-de-France, Centro, Alsacia o Auvernia, entre otras, pero se encuentra indefensa y maniatada ante la previsible alianza de las distintas fuerzas de la izquierda. La UMP de Sarkozy se esfuerza en movilizar a su electorado a fin de no recibir en la segunda vuelta otra bofetada de la misma potencia. La derrota ha constituido una hecatombe no prevista. Un 26,1% de los votos es el peor resultado de la derecha parlamentaria desde la V República. El primer ministro ha vuelto a recordar hoy que la enorme e histórica abstención, un 53,6%, deja todo abierto para el domingo.

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La ultra derecha, con un 11,7%, sale reforzada. Contará con presencia en 12 regiones, lo que ha permitido a la hija de Le Pen, Marine Le Pen, candidata exitosa en estas elecciones y probable sucesora, exclamar, exultante: "¡Es la reconquista!".

Martine Aubry comparece ante la prensa tras conocer los primeros sondeos que daban la victoria a su partido.
Martine Aubry comparece ante la prensa tras conocer los primeros sondeos que daban la victoria a su partido.AP

Le Pen, el cuarto más votado

Los sondeos auguran al Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen un 12% de los votos, aproximadamente, lo que le convertiría en la cuarta fuerza política del país, detrás de los ecologistas. Es decir, casi el doble de lo que consiguió en las últimas elecciones europeas, cuando su formación alcanzó sólo el 6,8% y algunos pronosticaron la paulatina desaparición de la ultraderecha francesa, subsumida en el centro-derecha de Sarkozy. No ha sido así. Su líder, Jean-Marie Le Pen, de 81 años, que se presenta por última vez a una elección, lo recordó en la televisión: "El presidente de la República nos dio por muertos y enterrados, pero todavía somos una fuerza nacional, y cada vez con más fuerza gracias a los patriotas".

En la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, donde Le Pen se presenta como candidato a consejero regional, el Frente Nacional obtiene más del 20% de los votos. Al norte de Francia, en la región de Nord-Pas-de Calais, la hija de Le Pen, Marine Le Pen, candidata también, logra un porcentaje similar al de su padre y se convertía, de paso, en la dirigente del partido con más posibilidades de suceder al líder al frente de la formación, dentro de como máximo un año.

La campaña del Frente Nacional se desarrolló con polémica: el partido presentó un cartel electoral que rezaba "No al islamismo" y mostraba a una mujer con burka ante una silueta del mapa de Francia pintada con los tres colores (blanco, verde y rojo) de la bandera argelina. Fue prohibido. Este domingo, un Le Pen crecido lo pegó, con la leyenda "censurado", en la tribuna desde la que pronunció su discurso.

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