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Entrevista:RAFAEL CORREA | Presidente de Ecuador

"En mi vida he visto a alguien de las FARC"

Fernando Gualdoni

Vehemente como de costumbre, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, rechaza todas las acusaciones sobre la relación de su Gobierno con las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), que califica de mentiras de su par colombiano, Álvaro Uribe. Ecuador y Colombia rompieron relaciones después de que el Ejército colombiano bombardeara un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano el pasado 1 de marzo. El ataque acabó con la vida de Raúl Reyes, número dos de la guerrilla, y otras 25 personas, entre ellas un ecuatoriano. Colombia ha informado de que en el ordenador de Reyes se ha hallado información que vincula política y financieramente a los Gobiernos de Ecuador y Venezuela con las FARC. Correa reconoce que envió un emisario a hablar con Reyes, pero dice que fue para interceder por los rehenes de la guerrilla, entre ellos Ingrid Betancourt. El presidente ecuatoriano niega que las FARC hayan financiado su campaña electoral en 2006.

"No tengo por qué avisar a Uribe de los contactos con la guerrilla"
"No hay casi presencia militar colombiana en la frontera sur"
"Alguien pudo usar mi nombre para estafar a las FARC en la campaña electoral"
"Tenemos una gran infiltración de la CIA en nuestros servicios secretos"

Pregunta. Ecuador ha demandado a Colombia en el Tribunal de La Haya por fumigar las plantaciones de coca en la frontera. ¿No va a dificultar esto la reanudación de las relaciones?

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Respuesta. No pienso así. Después de que en la reunión del Grupo de Río en Santo Domingo se condenara la conducta de Colombia, el país tuvo que pedir disculpas y comprometerse a no agredir más a Ecuador. Después de que eso fuera ratificado por la Organización de Estados Americanos, el Gobierno colombiano insistió en una campaña de desprestigio terrible difundiendo cosas del ordenador de Reyes, milagrosamente salvado de un bombardeo, para intentar relacionar al Gobierno ecuatoriano con las FARC, lo cual supone una deslealtad en función de lo que se había acordado para superar el conflicto. Las cosas se complican más cuando entre los muertos se descubre que hay un ecuatoriano y Colombia lo sabía. Cuando nosotros protestamos por la muerte de ese ecuatoriano, el ministro [de Defensa colombiano] Juan Manuel Santos dice que ha sido legítimo el ataque a un campo terrorista, como ellos lo llaman y, básicamente, que el ecuatoriano estaba bien muerto. Tengo el 40% del país bajo el agua, estamos en emergencia nacional. A mí no me interesa mantener una disputa con Bogotá, pero mientras vengan esas muestras negativas de Colombia va a ser difícil establecer relaciones. La demanda ante La Haya es una respuesta a esas agresiones, pero una respuesta que se viene preparando desde hace varios meses porque con la fumigación con glifosato había graves abusos de Colombia. Hemos intentado que parasen esas fumigaciones y hemos recibido respuestas soberbias y prepotentes.

P. Colombia sostiene que cuando se intenta la erradicación manual de la coca a los trabajadores les disparan desde el lado ecuatoriano. ¿Qué tipo de erradicación propone Ecuador?

R. La erradicación manual, sin duda. Que les disparan del lado ecuatoriano, vaya a ver la frontera, lo ancho que es el río San Miguel... No sé cómo se puede hacer eso. La realidad es que nosotros limitamos con las FARC. No hay casi presencia militar colombiana en la frontera sur. Nosotros tenemos 13 destacamentos allá y Colombia, sólo dos. La estrategia de Uribe ha sido atacar por el norte a las FARC y que nosotros la aguantemos en la frontera ecuatoriana e involucrarnos en el Plan Colombia [programa de lucha contra la guerrilla y el narcotráfico puesto en marcha en 1999 y financiado por EE UU]. Usted sabe cuánto nos cuesta este problema que no es nuestro. Primero, en los últimos años nos ha costado 13 muertos de las fuerzas de seguridad, sin contar a civiles. Segundo, tengo 11.000 soldados en la frontera norte cuando en épocas normales deberíamos tener 3.000. Eso nos cuesta 100 millones de dólares anuales.

P. Ecuador consiguió que la OEA "rechazara" el ataque colombiano, pero no la "condena" del mismo. ¿Está satisfecho con este resultado?

R. Nosotros nunca buscamos la palabra condena porque Colombia ya había reconocido la agresión. Siempre buscamos el rechazo y que sea inadmisible en la región que un país viole la soberanía de otro so pretexto de su seguridad nacional y de que persiga terroristas fuera de sus fronteras. Oiga, si el mundo no confía en nuestra buena fe, en que no tenemos nada que ver con las FARC, confíen en nuestra inteligencia: a quién, en su sano juicio, le va a interesar mezclarse en una guerra civil, qué ganamos. Por favor, el problema es de Colombia y ellos no lo han sabido resolver.

P. ¿Si el problema es de ellos, por qué su ministro del Interior, Gustavo Larrea, se entrevistó con Reyes y por qué se establece ese contacto a espaldas del Gobierno colombiano?

R. Y por qué se lo tenía que comunicar a Uribe. Entre otras cosas, hay secuestrados ecuatorianos, como Marcelino Arriaga. Es gracioso, las FARC se han pasado los últimos ocho años denunciando que el Gobierno de Uribe tiene relación con el narcotráfico y los paramilitares, pero ahí no es creíble lo que dicen las FARC. De repente encuentran unas supuestas cartas de un supuesto ordenador de Raúl Reyes y sí es creíble. Qué doble moral, pero cómo podemos creer esas cosas. En todo caso, si quieren creer, verifiquen lo que quieran, nosotros no tenemos nada que ocultar. Gustavo Larrea va como mi delegado a la operación de Emmanuel, el chico que iban a liberar

[el hijo nacido en cautiverio de Clara Rojas, secuestrada junto a Ingrid Betancourt en 2002]. Se reúne con Uribe en Villavicencio y se le dice que vamos a participar en acciones humanitarias. Le he insistido al presidente Uribe que Ecuador interpondría sus buenos oficios para procurar la liberación de los rehenes y se presentó la oportunidad de esa intervención. Muchos senadores estadounidenses se han reunido con las FARC por razones humanitarias y también parlamentarios europeos y enviados de [presidente francés Nicolas] Sarkozy, pero si nosotros nos reunimos con la guerrilla es que tenemos una alianza con ellos.

P. ¿Será porque usted no informó de la reunión de Larrea y Reyes al Gobierno colombiano?

R. No tengo por qué avisarle a Uribe. Para qué, para que bombardeen las conversaciones... Sí se les dijo que íbamos a intervenir, se lo dijimos el 31 de diciembre pasado en Villavicencio.

P. ¿Dónde fue la reunión de Larrea y Reyes? ¿Qué acordaron?

R. No le puedo decir por razones de seguridad, pero no fue ni en Colombia ni en Ecuador, fue en un país neutral, y lo que se acordó fue la acción humanitaria.

P. En el ordenador de Reyes también se asegura que usted y alguno de sus más estrechos colaboradores tuvieron contactos y recibieron dinero de las FARC.

R. Es gracioso, nos acaban de mandar esos documentos y acabo de leer eso. Pero hay tantas inconsistencias que esa mentira se va a caer por su propio peso. Y por si acaso, suponiendo que fuese cierta la carta del supuesto ordenador de Reyes, qué le garantiza que alguien no se presentó durante la campaña electoral en nombre de Rafael Correa y estafó a las FARC. Revisen lo que quieran, no tenemos nada que ocultar.

P. Su Gobierno negó que Franklin Alisalla, el cerrajero ecuatoriano muerto en el ataque, perteneciera a las FARC. Y luego se demuestra que los servicios secretos ecuatorianos lo seguían desde hace años por su vínculo con la guerrilla. ¿Tan mal funciona la comunicación entre las fuerzas de seguridad y el Gobierno?

R. Al principio lo único que sabíamos es que era ecuatoriano y dijimos que ello agravaba la crisis. Después se comprueba que tiene un nexo con las FARC, aunque todavía no hay pruebas de que haya sido guerrillero, básicamente que tenía una relación sentimental con una guerrillera [la prensa local sostiene que Alisalla se encargaba de la logística y la falsificación de documentos para la guerrilla]. Sí le digo abiertamente que hubo una demora de nuestro servicio secreto en informarme sobre el caso. Desafortunadamente, tenemos una gran infiltración de la CIA en nuestros servicios secretos y esos elementos han intentado ocultar información al presidente para beneficiar la posición de Colombia. Tomaremos medidas drásticas.

P. ¿Se refiere a una purga de los servicios secretos?

R. Sí señor, aquí hay dependencia de la CIA y por medio de esta agencia se apoya a Colombia. [El jueves fue destituido el jefe de la Inteligencia Militar, el general Mario Pazmiño].

P. Si no hay nada que ocultar, ¿por qué su partido, Alianza País, ha rechazado la propuesta de la Asamblea Constituyente -actúa como Parlamento mientras se reforma la Constitución- de crear una comisión de investigación sobre los contactos con las FARC?

R. Los documentos que nos ha mandado Colombia los tendrán el presidente de la Asamblea [que es de Alianza País, así como 80 de los 130 asambleístas], el fiscal general, los periodistas y que investiguen lo que les dé la gana, no tenemos nada que temer. Puede creerme o no, pero en mi vida he visto a alguien de las FARC. Cuando Uribe me llamó para decir que Raúl Reyes había muerto en el ataque tuve que averiguar quién era. Sabía que era de las FARC, pero no que era el segundo al mando o dónde estaba.

Rafael Correa, durante la entrevista.
Rafael Correa, durante la entrevista.

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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