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Elecciones municipales en Francia

El voto de centro decidirá las municipales francesas

Los socialistas y la derecha de Sarkozy tientan a Bayrou para sellar pactos en la segunda vuelta

Las espadas siguen en alto en Francia ante la segunda vuelta de las municipales. La victoria de la izquierda no ha sido tan arrolladora como se anunciaba, y la derecha gubernamental mantiene la esperanza de salvar los muebles en un buen puñado de localidades, incluidas algunas grandes plazas como Marsella (sureste) y Toulouse (sur). Una situación que parece hecha a medida para François Bayrou, el líder del centrista Movimiento Democrático (MoDem) que, un año después de situarse como el tercero en liza entre Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal, se convierte de nuevo en el objeto de todos los deseos y el objetivo de las ofertas más tentadoras, incluida la que le permitiría salir él mismo victorioso en su batalla por alcaldía de Pau (sur).

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Lyón (este) ya ha caído en el cesto del Partido Socialista (PS); el alcalde Gérard Collomb ha salido elegido en la primera vuelta frente al ex ministro de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) Dominique Perben. También François Rebsamen, el número dos socialista, ha sido reelegido en Dijon (noreste). París no parece no poder escapársele al actual alcalde Bertrand Delanoë, que con un 41% puede permitirse escoger sus socios. En Lille (norte), la ex ministra Martine Aubry se encaminaba también a revalidar la alcaldía.

Los socialistas parecen en vías de recuperar un buen puñado de las ciudades que perdieron en 2001. Estrasburgo (este) es una de ellas, al igual que Rouen (oeste). Pero la euforia que la semana pasada se detectaba en las filas de la izquierda, ha bajado un tanto de tono. Las plazas más emblemáticas se han puesto difíciles. En Marsella, el socialista Jean-Noël Guérini, con un 39%, no ha conseguido superar al actual alcalde, el conservador Jean Claude Gaudin, que ha logrado un 41%. La segunda vuelta se presenta cuesta arriba para el aspirante, especialmente si los votos del MoDem caen en el saco conservador.

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Una situación prácticamente idéntica se produce en Toulouse, donde Jean-Luc Moudenc (41%) ha conseguido resistir la marea del socialista Pierre Cohen (39,8%) y los centristas disponen de un 5%.

En esta tesitura, los votos del MoDem, con los que pocos contaban durante la campaña, se han revalorizado extraordinariamente, al igual que lo hicieron el año pasado, entre las dos vueltas de las presidenciales.

Siguiendo con el reestreno, la socialista Ségolène Royal ha vuelto a ser la primera en lanzarle los tejos a Bayrou proponiendo un acuerdo global entre socialistas y centristas para la segunda vuelta. La diferencia es que, ahora, en el Partido Socialista (PS) empiezan a saltar las primeras chispas de lo que será la gran batalla por el control del partido en el próximo congreso.

El primer secretario del PS, François Hollande, su ex pareja sentimental, ha plantado cara inmediatamente a Royal, que fiel a su principio de evitar el cúmulo de cargos, no se presentaba a las municipales de domingo. "Es su manera de expresarse", dijo entre irónico y despreciativo, "ella quería decir, sin duda, que habrá que buscar las alianzas más amplias posibles". "No estamos en una estrategia de alianza", añadió, y menos con quien "no la quiere y tiene como único objetivo conseguir la victoria en la ciudad de Pau, que dirige la izquierda desde 1971".

Hollande apuntaba así al flanco débil de Bayrou, cuya pretensión de hacerse con la alcaldía de Pau se le ha puesto cuesta arriba. El líder centrista ha quedado en segundo lugar, con un 32,6% de los votos, detrás de la socialista Lignières-Cassou, y por delante del actual alcalde, Yves Urieta, un socialista pasado a las filas gubernamentales, obviamente colocado allí por la UMP para presionar a Bayrou.

El líder centrista, por el momento, se ha limitado a insistir en su conocida posición de que no dará una "consigna general", sino que el partido tomará decisiones "ciudad por ciudad, candidato por candidato". "Todo lo demás que han oído ustedes son rumores", aseguró ayer. Así las cosas, primero el secretario de la UMP, Parick Devedjian, y luego el primer ministro, François Fillon, tentaron a Bayrou y le ofrecieron, a su vez, un acuerdo global para la segunda vuelta centrado básicamente en retirar la lista de Urieta en Pau y dar consigna de voto por el presidente del MoDem, a quien Fillon definió como su "aliado natural". Devedjian fue más directo: "Un buen acuerdo es mejor que una mala batalla".

Marielle de Sarnez, del MoDem; Christine Lagarde, ministra de Economía (UMP), y Yama Rade, secretaria de Estado de Derechos Humanos, en un debate.
Marielle de Sarnez, del MoDem; Christine Lagarde, ministra de Economía (UMP), y Yama Rade, secretaria de Estado de Derechos Humanos, en un debate.AFP

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