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ANÁLISIS | Buscadores y derechos de autor

¿Google amenaza a los periódicos?

Los editores de periódicos apuestan por una tecnología que permita a los buscadores distinguir los textos sujetos a derechos de autor

¿Google amenaza a los periódicos? El buscador lo niega y señala que lo único que quiere hacer es "llevar a los usuarios donde quieran ir". David Eun, vicepresidente para contenidos del buscador, explica en el blog de la compañía que su misión es "ayudar a organizar la información mundial y hacerla universalmente accesible y útil".

En España, el doctor en Periodismo y especialista en tecnología, Ramón Salaverría señala: "Plantearse a Google como un enemigo es como pegarse un perdigonazo en la pierna". Los editores de periódicos, por su parte, apuestan por una tecnología que permita a los buscadores distinguir los textos sujetos a derechos de autor.

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"Los medios de comunicación tienen temor ante Google aunque de momento éste no tiene interés por los contenidos. Los internautas no acuden a Google News para informarse de la actualidad, lo hacen para buscar información específica". El doctor en Periodismo y especialista en tecnología de la información y en comunicación multimedia, Ramón Salaverría, señala que el desconocimiento de los directivos de los diarios tradicionales sobre las características de la Red es lo que provoca el recelo hacia el buscador. "No veo incompatibilidad ni problemas, el buscador es una herramienta de marketing muy necesaria para los periódicos".

Algunos no están tan de acuerdo como lo prueba el reciente caso de los periódicos belgas que acusaron al servicio de noticias de Google por violar los derechos de autor. La justicia les ha dado la razón y Google ha tenido que publicar en la página web belga el fallo judicial. También ha retirado las noticias de su servicio y, con un poco de mofa, también los periódicos que han protagonizado el litigio - Le Soir, La Libre Belgique y La Dernière Heure - de su base de datos. Si se busca en google.be estos tres periódicos, no aparecen sus webs, están borradas de la base de datos del todopoderoso. Si se hace desde google.com, o google.es, sí.

La sentencia belga es el último ejemplo de una antigua polémica sobre la función que cumplen los buscadores y el origen de los beneficios económicos que con ello logran. Google incluye en sus servicios información procedente de otras páginas, en la mayoría de casos como parte de una lista de resultados que responde a una búsqueda realizada por un internauta.

Pero, desde que el buscador inserta anuncios al lado de esos contenidos, algunos medios de comunicación y empresas de Internet opinan que su producto está siendo utilizado de forma inadecuada para lograr un beneficio económico.

Guerra

La guerra entre los buscadores y los editores parece que ha comenzado aunque Google lo niega y aclara que se guía siempre en su actuación por tres principios: respeto a los derechos de autor, permitir que los propietarios del contenido decidan si quieren ser incluidos en sus bases de datos o no, y búsqueda de acuerdos que permitan compartir el beneficio obtenido con su actividad.

Par evitar próximos litigios, la Asociación Mundial de Periódicos presentará a finales de año un sistema que permitirá a los buscadores distinguir los textos con derechos de autor.

"Tecnológicamente no tiene muchas complicaciones, ya con los RSS se segmentan los diferentes canales de informaciones. En este caso los textos tendrán un etiquetado especial que permitirá a los buscadores saber si toda la información puede ser visible, o sólo el primer párrafo o únicamente el titular", explica Salaverría. El especialista añade que la "única complicación será que los medios de comunicación lo asuman como estándar de negocio. Aunque ya pasó algo parecido con la publicidad y al final todo siguieron un mismo modelo para que, por ejemplo, los banners fuesen iguales".

Uno de los representantes de La Asociación de Editores de Diarios Españoles , Eric Cordero declara "a título personal" que la sentencia belga causó "cierta sensación positiva ante la unión de los editores de un país. Google no es una ONG, tiene muchos beneficios". La posibilidad de un sistema para que los buscadores sepan si los contenidos se pueden publicar o no le parece "bien" y concluye que los editores tienen dos vías: "o crear un lenguaje común para que los buscadores sepan cuales son los textos gratis o, si no lo respetan, la contenciosa".

Sede central de Google en California.
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