Horarios cambiados y flaqueza física

A primera hora de la mañana, la presencia de internautas en la Campus Party flojea. Como mucho se deja ver un campusero agarrado a su ratón por cada fila de mesas. El resto se refugia en la abarrotada zona de acampada, dos noches después de que los asistentes resistieran con fortaleza a los síntomas del sueño. Pero ya no quedan fuerzas, sobre todo en el caso de los trasnochadores.

Carlos, de Sevilla, del clan Shadow Master, es de los pocos que se ha quedado toda la noche. Anda con el horario algo cambiado: durmió ayer por la tarde y ahora no tiene sueño, y estando despierto a las 8 de la mañana prefiere esperar al torneo de World of Warcraft de las 10 horas.

José Miguel, de Murcia, se ha levantado a las 6 de la mañana y, con la cara despejada, cuenta que se fue pronto a dormir y que esta noche ha podido dormir mejor gracias a que el aire acondicionado de la zona de acampada estaba menos fuerte que la anterior.

Albert, de Tabernes de la Valldigna (Valencia), tampoco se ha ido a dormir todavía. Recostado en una tumbona disfruta de una película mientras reconoce la lógica de la situación: hoy aguanta despierta menos gente que ayer a estas horas.

La noche en los pabellones ha sido tranquila. "Apenas he tenido que usar el megáfono", bromea Albert, mientras lo saca de su escondite bajo la tumbona. El megáfono es un arma defensiva contra los alborotadores nocturnos que no dejan dormir a los demás.