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Esto no es un cable. Es un súper cable

La ciudad de Nueva York se atreve a probar con las líneas de alta tensión superconductoras

La urbe que nunca duerme, el centro del capitalismo mundial, se ha decidido a dar el salto a una nueva tecnología para el transporte de energía eléctrica, la de las líneas de líneas de alta tensión hechas con materiales superconductores. La excusa es la defensa. Pero las repercusiones sobre la industria de lo verde serán de envergadura. Hasta ahora, los cables principales por los que se mueven los electrones que permiten que leas estos párrafos, o que acaban de calentar tu tostada, se hacen con cobre y otros metales. Casi igual que a finales del s.XIX. Ahora, como ocurre muchas veces en tecnología, son los sectores militar y de defensa los primeros en darle un empujón a los últimos avances.

"Hemos pedido a AMSC y a Consolidated Edison que demuestren (el funcionamiento de) las soluciones basadas en superconductores en la ciudad de Nueva York, de manera que nuestros centros de comercio permanezcan activos bajo cualquier condición, incluidos las condiciones atmosféricas severas, los accidentes, o los ataques terroristas", dice un representante del Departamento de Seguridad Interior de los EEUU, departamento que sufraga 25 de los 40 millones que costará la obra. El reto no es hacerlo funcionar, sino demostrar que la instalación de estos cables, que minimizan las pérdidas energéticas, es factible, y de investigar nuevas maneras de abaratar el coste de su fabricación.

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