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20 días para explicar lo obvio

La Comisión le concede a Microsoft más tiempo para que cuente... que actúa como un monopolio

A Google en bici

Dos noticias sobre las dos grandes inician el repaso de actualidad de un día más bien escaso en noticias, y abundante en lluvias. La primera nos cuenta que la Comisión Europea extendió ayer el plazo que tiene Microsoft para responder al último de los cargos que tiene el llamado "ejecutivo comunitario" contra ella, por cobrar a los desarrolladores de software por acceder al código que necesitan para hacer sus productos interoperables con los sistemas de los de Redmond. Son 20 días más, hasta el 23 de abril, que seguramente no aprovechará: ya ha dejado bastante claro con anterioridad que las multas no le duelen. La segunda llega de Google. El mito de la punto-com que trata fenomenalmente bien a su plantilla sigue aumentando gracias a medidas como la que conocemos: regalará una bici a aquellos de sus empleados que la usen para ir a trabajar. Los de Madrid, claro, lo tienen un poco más difícil para llegar en dos ruedas.

Vaya joyita

Ya hemos dicho que no está el día para tirar cohetes. Por eso seguimos con una historia sobre un portátil de un millón de dólares. Vergonzosa paradoja si se enfrenta a ese que cuesta 100, y que un gran proyecto de ayuda a países en desarrollo liderado por Negroponte va a distribuir a precio de coste por medio planeta. Lo fabrica una marca especializada en este tipo de productos, y entre los dispositivos que -se supone- justifican su precio está un brillante que funciona a modo de llave para encenderlo y apagarlo, una pantalla que se limpia sola... y un lector Blu-Ray. Pues vale.

La última copa es para el teléfono móvil

Los humanos usamos el azúcar para casi todo. Para el café, para el yogur, para mover los músculos... con esa idea, muchos científicos del mundo anda nempeñados en utilizarlo para alimentar cualquier dispositivo electrónico. Parece que la cosa marcha, gracias a unas enzimas que descomponen el azúcar que se les suministra y lo convierten en electricidad. Y de momento se lo han suministrado a partir de compuestos tan poco típicos como gaseosa, o bebidas de mezcla (tu y yo las llamamos simplemente copas). Con mucho menos rigor nos hacemos eco del descubrimiento del retrete más grande del mundo. O más exactamente, del edificio-con-forma-de-retrete-visto-desde-arriba más voluminoso. Nada menos que 33 metros de diámetro.

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